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Las inundaciones obligan a evacuar los centros de refugiados de Nueva Orleans

Al menos 67 personas han muerto por culpa del huracán en el sur de Estados Unidos

La gobernadora del estado de Luisiana, Kathleen Blanco, ha anunciado hoy la evacuación total de los centros para refugiados en Nueva Orleans. Los diques que protegen la ciudad de las aguas del Glofo de México están rajados, lo que está provocando el aumento de nivel de las inundaciones.

Escala Saffir-Simpson
Cat. 1> 980119-153
Cat. 2965-980154-177
Cat. 3945-965178-209
Cat. 4920-945210-249
Cat. 5< 920> 249

Los servicios de emergencia utilizan barcos y helicópteros para recatar a cientos de personas que se refugian sobre los tejados, mientras las aguas del lago Pontchartrain han entrado en la ciudad ya inundada a través de la brecha de uno de los diques. El Departamento de Defensa de Estados Unidos establecerá un mando militar para coordinar las tareas de socorro y mantenimiento del orden en la zona devastada, según informa la CNN.

El Pentágono ha indicado que ya están en servicio unos 7.500 soldados de la Guardia Nacional de los estados de Alabama, Florida, Luisiana y Misisipí, que dan apoyo a las autoridades civiles. Unidades de la Guardia Nacional en otros 17 estados también están preparadas. 98.000 soldados en total están disponibles para el apoyo inmediato a las operaciones de emergencia.

El huracán Katrina es ya una tormenta tropical, pero el rastro de destrucción que ha dejado a su paso en el sur de Estados Unidos amenaza con agravarse tras causar la muerte a 67 personas. Nueva Orleans, situada en el sur de Estados Unidos, tiene medio millón de habitantes, aunque en su área metropolitana viven 1.300.000 personas. Enclavada en el delta del río Misisipí (en el Estado de Luisiana), no sólo está a nivel del mar, sino que el 70% de su superficie está varios metros por debajo, protegida del agua por un sistema de compuertas y mecanismos de bombeo. Así las cosas, el paso de un huracán de categoría 5 (la máxima de la escala Saffir-Simpson, con vientos sostenidos de 250 kilómetros por hora y rachas aún más veloces) podría haber dejado la ciudad sumergida bajo hasta ocho metros de agua.

La amenaza del lago

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No fue así, porque el ciclón al final no cruzó por encima de la ciudad, golpeándola de refilón; poco a poco fue perdiendo potencia, de forma que en menos de 24 horas pasó a convertirse en una tormenta tropical. Pero a su paso causó desperfectos en uno de los diques de contención que mantiene el vecino lago Ponchartrain a recaudo, lo que está provocando inundaciones muy graves. El agua cubre ya los tejados de muchas de las casas de la ciudad, la más grande de la desembocadura del Misisipí, sobre todo en la zona norte. "El agua está subiendo tan rápidamente que no puedo ni describirlo", ha declarado a la cadena de noticias CNN la vicepresidenta del Centro Médico de la Universidad Tulane, Karen Troyer-Caraway.

La cadena de televisión WWL-TV informa de que una grieta de 60 metros de largo en un canal de la calle 17 está permitiendo que el agua del lago se filtre e inunde la ciudad, sin que los equipos de emergencia hayan podido hacer nada aún por evitarlo. Así, en centro el histórico barrio francés (uno de los principales atractivos turísticos de la urbe) se están cubriendo de agua pese a haber escapado de la furia del ciclón. "El agua va a seguir saliendo hasta que llegue al nivel del lago. No sé qué van a hacer [los equipos de emergencia], ha dicho la teniente de policía Julie Wilson a la citada cadena de televisión.

Suicidio en el estadio

En el interior del estadio Superdome (que ahora tiene que ser evacuado) donde más de 10.000 personas se refugiaron de la furia de la tormenta cuando el alcalde de la ciudad, Ray Nagin, ordenó la evacuación "inmediata y obligatoria" de Nueva Orleans, la situación se ha ido tensando hora tras hora. Sin agua ni aire acondicionado, en una instalación asediada por las inundaciones, los refugiados han llegado a perder la calma a medida que se agotaban los suministros. Decenas de soldados de la Guardia Nacional se han encargado de la seguridad en el recinto, donde un hombre se suicidó hoy al saltar desde unas tribunas elevadas. La gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, ha señalado hoy que "la devastación es mayor" de la esperada. Las autoridades han decretado la ley marcial en Nueva Orleans para tratar de evitar saqueos en las casas vacías.

En total, 54 personas han muerto en Misisipí, 30 de ellos al derrumbarse un complejo de apartamentos cerca de la playa de Biloxi. "Éste es nuestro tsunami", ha declarado el alcalde de esa localidad, A. J. Holloway. El gobernador del Estado, Haley Barbour, ha avanzado que el número de víctimas podría superar las 80 en esa región. En Alabama han muerto dos personas, y en Florida 11. Hasta ahora no se conoce de forma oficial ningún fallecimiento en Luisiana. Las autoridades ya han avanzado sin embargo que la cifra total de víctimas podría superar los varios centenares. El Pentágono ha anunciado la creación de un mando militar en la zona para coordinar la ayuda del Ejército a los damnificados; 7.500 soldados de la Guardia Nacional se encuentran en el área.

Pese a su debilitamiento, el Centro Nacional de Huracanes ha advertido que "aunque Katrina ya no es un ciclón, sus vientos son todavía capaces de derrumbar árboles y crear condiciones peligrosas", como marejadas e inundaciones. La tormenta se dirige hacia el norte-noreste a más de 30 kilómetros por hora, aunque se espera que aumente la velocidad en las próximas horas.

Varias personas intentan cruzan una calle inundada en la ciudad de Lacombe, en Luisiana.
Varias personas intentan cruzan una calle inundada en la ciudad de Lacombe, en Luisiana.AP

Reclamaciones de hasta 26.000 millones de dólares

Compañías de seguros de vida y de daños a la propiedad, fuertemente golpeadas el pasado año por cuatro huracanes que castigaron al estado de Florida, podrían enfrentarse ahora a reclamaciones de hasta unos 26.000 millones de dólares en daños provocados por Katrinaen Louisiana y en otros estados del Golfo de México.

En el año 2004, cuatro huracanes diferentes que castigaron a Florida y a otros estados de la costa este de Estados Unidos dejaron daños de cerca de 23.000 millones de dólares.

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