Los líderes iraquíes entregan al Parlamento el borrador de la futura Constitución

El jefe de la comisión encargada de redactar la primera Constitución en Irak tras el derrocamiento del régimen de Sadam Husein ha informado esta noche de que se ha llegado a un acuerdo sobre un texto final y que éste ha sido presentado al Parlamento para su aprobación. Cuarenta minutos antes de que expirara el plazo límite fijado por la Cámara, Human Hamudi ha confirmado que el borrador "está acabado".

Poco después, el Parlamento iraquí ha disuelto la sesión y se ha marcado un plazo de tres días para resolver las discrepancias en algunos puntos del texto. El presidente del Parlamento iraquí, Human Hamudi ha asegurado en rueda de prensa que "todas las partes han aceptado el borrador de la Constitución, pero todavía hay algunos asuntos pendientes que se arreglarán en los próximos tres días", ha afirmado.

Hamudi no ha especificado cuáles son las divergencias, pero ha declarado que el federalismo, el papel del islam y el reparto de las riquezas son los puntos de fricción entre chiíes, suníes y kurdos. No obstante, esta nueva situación, no contemplada en la ley interina de Administración del Estado iraquí, abre un paréntesis en el proceso de transición.

Otros delegados han asegurado que no habrá más negociaciones, pese a las últimas demandas de la minoría suní, que ha dicho que hará campaña contra el nuevo texto en el futuro referéndum, a celebrar el 15 de octubre si la Asamblea Nacional da su visto bueno.

Para que la Constitución salga adelante, será necesaria la mayoría simple de la Asamblea Nacional, compuesta por 275 miembros. En el caso de que el texto obtenga el respaldo de los legisladores, deberá ser consultado al pueblo iraquí en referéndum. Si alguna de las 18 provincias rechaza la Carta Magna por dos tercios o más de los votos, la Constitución no entrará en vigor. Algunos líderes suníes del sur del país ya han dicho que planean movilizar a su comunidad para bloquear el texto.

Islam y Estado federal

Un borrador del texto fue filtrado a la agencia Reuters esta tarde. En ese boceto, se define a Irak como una "república parlamentaria, democrática y federal". Además, establece que el islam es "una" y no "la" fuente de derecho, como pretendían los chiíes. El borrador establece que el "islam es una fuente principal de derecho y no estará permitida la legislación que choque con sus principios y reglas". Durante las negociaciones, los kurdos -la comunidad más laica de Irak y la segunda en población- se han negado a aceptar el islam como "la" única fuente de derecho, temerosos de que los chiíes, que dominan el Gobierno interino y el Parlamento, intentaran imponer un Estado islámico similar al del vecino Irán.

El mismo texto entra en otra cuestión espinosa, la del federalismo. Sin entrar a explicarlo en detalle, la Constitución sí establecería que Irak es una república federal, algo que los kurdos y chiíes -el grupo mayoritario- quieren poner en práctica en las zonas del país bajo su control.

La vaguedad con que se aborda la definición de federalismo es vista por algunos expertos como una mano tendida a los suníes -el grupo étnico minoritario en Irak, pero que mantuvo el poder bajo Sadam Husein- para que no se opongan al nacimiento de la Carta Magna. Aún en caso de rechazo, los chiíes y los kurdos tienen los votos necesarios para aprobar la Constitución en el Parlamento y evitar la convocatoria adelantada de elecciones y el naufragio de todo el proceso politico auspiciado por Estados Unidos. En todo caso, los analistas políticos iraquíes aseguran que el nacimiento de la nueva Constitución sin el respaldo de los suníes -la mayoría de los insurgentes pertenecen a este grupo religioso- podría derivar en un grave enfrentamiento civil en el país.