La presidencia de la UE congela el 'cheque' británico pero no contempla su reducción

El presidente de la Unión Europea y a la sazón primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker, tiene bastante claro que la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que comienza el jueves en Bruselas se cerrará con un "casi seguro" fracaso. El miércoles por la noche se filtró a la prensa su última propuesta sobre la que negociar el presupuesto de la UE de 2007 a 2012, y es muy similar a las anteriores, que provocaron un cisma entre los Estados miembros.

El plan de trabajo de Juncker propone la congelación del denominado cheque británico en 2007, pero no prevée su reducción automática después de ese año. Como en versiones anteriores, la nueva propuesta refiere que el mecanismo por el que Reino Unido obtiene un reembolso anual cercano a los 5.000 millones de euros de su aportación a las arcas comunitarias, sería congelado al nivel medio registrado entre 1997 y 2003, en el año 2007.

La propuesta anterior especificaba que la asignación al cheque debería "establecerse en una senda descendente a partir del año siguiente" a 2007, frase que ha desaparecido en el nuevo documento. El primer ministro británico, Tony Blair, ha rechazado cualquier revisión del cheque si no se revisa también el gasto agrícola, blindado en principio hasta 2013 en virtud de un acuerdo de 2002.

Los obstáculos son los mismos que en días anteriores: las diferencias entre Francia y Reino Unido sobre el cheque británico —la devolución a Londres de parte de su aportación a las cuentas de la UE en compensación por no recibir ayudas agrícolas—, la reducción de la partida de la Política Agraria Común (PAC) —que Francia no acepta, ya que es la máxima beneficiaria— y el aumento de la cantidad que cada país debe aportar al presupuesto comunitario —que Holanda rechaza—.

La propuesta no satisface a Francia, pues incluye "reducciones" en la partida de la PAC, que actualmente se lleva alrededor del 40% del dinero de la UE. París arguye que en 2002 se acordó que esa partida quedaría como está hasta 2013. Juncker se limita a explicar que hay países muy "apegados" al acuerdo de 2002. Respecto a la aportación que cada país hace a los presupuestos de la UE, Juncker marca el límite en el 1,056% del Producto Interior Bruto de la UE para los compromisos y en el 1% para los pagos.

La última propuesta de la Presidencia reduce el gasto agrícola a incluir en él las previsiones de ayudas para Rumanía y Bulgaria, países que accederán a la UE en 2007, lo que obliga a redistribuir a la baja las ayudas previstas para el resto de Estados.