Ecuador da la espalda a Lucio Gutiérrez, el militar que perdió el poder
Lucio Gutiérrez, quien encabezó un movimiento militar y masivas protestas en 2000 para derrocar al presidente Jamil Mahuad, ha abandonado el poder tras multitudinarias manifestaciones en su contra, sin apoyo político y olvidado por sus ex compañeros de armas. Reconocido por ser uno de los más destacados oficiales del Ejército, con una hoja de servicios intachable, Gutiérrez lideró a un grupo de coroneles que apoyó un levantamiento indígena en enero de 2000, y que derribó al presidente Jamil Mahuad, al que calificó de "corrupto".
En aquella ocasión, dijo que los militares hicieron cumplir "la voz del pueblo". Formó parte por varias horas en un gobierno militar, aunque el alto mando de las fuerzas armadas le hizo renunciar. Los militares posesionaron al presidente Gustavo Noboa, y Gutiérrez estuvo encarcelado cuatro meses en un cuartel por desobedecer órdenes, para ser dado de baja después. Sin embargo, su imagen salió fortalecida tras la asonada, y la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE), sindicalistas, y partidos políticos de izquierda, impulsaron su campaña presidencial. Como candidato juró "refundar el país" a través del pago de la deuda social, combatir la corrupción y terminar con la pobreza, basándose siempre en preceptos militares, como la honra y la ética.
En octubre de 2002 ganó las elecciones presidenciales al millonario Álvaro Noboa, y acto seguido viajó a Estados Unidos, donde se reunió con delegados del Fondo Monetario Internacional y delegados de organismos de crédito multilaterales, lo que causó la sorpresa de sus aliados. A su vuelta, decidió incrementar el precio de la gasolina y subir los impuestos. A partir de ese momento, su Gobierno dio un giro inmediato de la izquierda hacia la derecha liberal. Seis meses después de cogobernar, los indígenas y otros grupos se separaron del Gobierno, cambiándose a la oposición. Gutiérrez se alió con la derecha, aunque esta alianza duró poco, por constantes divergencias y su postura radical y tajante de no aceptar acuerdos, sino tratando de imponer sus reglas.
Entonces, el mandatario se unió a grupos populistas, especialmente al Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), consolidando una fuerza política que formó un grupo de mayoría en el Congreso, y reformó los principales organismos del Estado. Impulsado por esta fuerza, Gutiérrez pidió en diciembre al Parlamento reorganizar la Corte Suprema de Justicia, a la que el mandatario calificó de "politizada". Los legisladores cambiaron a 27 de 31 magistrados, según analistas, "violando preceptos constitucionales", iniciando la crisis política y jurídica nacional que ha terminado con la caída del mandatario, de 48 años.
La tensión aumentó con la decisión del presidente de la Corte, Guillermo Castro, de anular los dos juicios pendientes por uso indebido de fondos públicos, del ex mandatario Abdalá Bucaram (agosto 1996-febrero 1997), líder del PRE, de quien Gutiérrez fue edecán durante su breve mandato. Bucaram, desde que llegó al país, el 2 de abril, convulsionó el ambiente político, y los grupos opositores culparon al entonces presidente de haber "apadrinado" la vuelta del líder populista.
Las protestas callejeras en demanda de la salida de Gutiérrez comenzaron el miércoles 13, encabezadas por el alcalde quiteño Paco Moncayo, y el prefecto provincial de Pichincha, Ramiro González. No tuvo mucha acogida, pero miles de personas comenzaron a salir a las calles, cada vez en mayor cantidad, exigiendo la salida del mandatario. Las protestas de Quito de ayer y hoy han acelerado la caída de Gutiérrez, impulsadas con la retirada del apoyo de las Fuerzas Armadas.
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