Berlusconi amenaza con convocar elecciones si los democristianos no vuelven al Gobierno italiano
La UDC se ha mostrado dispuesta a apoyar al Ejecutivo desde el Parlamento con alianzas puntuales
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha soltado hoy un órdago en el pulso que mantiene con su hasta ahora socio en el Ejecutivo, la Unión de los Demócratas Cristianos: si no regresa al Ejecutivo, convocará elecciones anticipadas. La UDC anunció hace unas horas su intención de abandonar la coalición gobernante por boca de su líder, el ministro de Asuntos Exteriores, Rocco Buttiglione.
La salida de los cuatro ministros democristianos, que integran el Ejecutivo junto a Forza Italia, la Liga Norte y la Alianza Nacional, se explica por los nefastos resultados cosechados por estos partidos en las elecciones regionales de la semana pasada. Ahora Berlusconi puede, además de convocar elecciones, remodelar su Gobierno, dimitir y formar uno nuevo, o dimitir y dejar en manos del presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, la decisión de ir a unos comicios adelantados o sustituirle por un Ejecutivo de transición de corte tecnócrata. El primer ministro está en el poder desde 2001, con un mandato de cinco años.
Ya antes de las palabras de Buttiglione, el vicepresidente del Gobierno y miembro de la UDC, Marco Follini, había afirmado, tras reunirse con los parlamentarios de su partido, su disposición a abandonar la coalición de Gobierno. Follini ha explicado que preferiría apoyar a Berlusconi desde el Parlamento, votación a votación, pero sin formar parte de la coalición gobernante. Buttiglione ha confirmado luego la salida de la UDC del Gobierno, aunque el documento aprobado por el partido pide también "que se mantenga el apoyo parlamentario" coalición de Gobierno por motivos de gobernabilidad y para "relanzar, con más fuerza, la alianza (del centroderecha) para llegar a la victoria en (las elecciones generales de) 2006".
Follini se reunió ayer con Berlusconi, líder de Forza Italia, y con Gianfranco Fini, líder de la Alianza Nacional, para analizar los nefastos resultados de la coalición de Gobierno en las recientes elecciones regionales y municipales, en las que el centro-izquierda superó en dos millones de votos a la mayoría gobernante. Mientras los democristianos de Follini apostaban por una remodelación del Gobierno —llegaron a pedir el adelanto electoral—, la Alianza Nacional se decantó por un cambio en el programa de Gobierno. Berlusconi no anunció medidas ni en uno ni en otro sentido tras la reunión.
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