Más de 100.000 fieles lloran la muerte de Juan Pablo II en la plaza de san Pedro
El arzobispo Leonardo Sandri comunica a los congregados que el "Santo Padre ha regresado a la casa del Padre
Más de 100.000 personas congregadas en la plaza de san Pedro del Vaticano lloran ya la muerte del Papa Juan Pablo II. Mientras rezaban el rosario y se preparaban para una segunda noche consecutiva de vigilia, el arzobispo Leonardo Sandri ha anunciado a los fieles: "Nuestro Santo Padre ha regresado a la casa del Padre", noticia que ha sido acogida en silencio primero y con un prolongado aplauso después. Muchos lloraban ya cuando han comenzado a sonar a difunto las campanas de la Basílica de San Pedro y cuando el secretario de Estado vaticano, Angelo Sodano, ha entonado el De Profundis y posteriormente ha recitado una plegaria ante los fieles.
Presidía y oficiaba el cardenal polaco Edmund Szoka el rosario ante miles de personas cuando ha pronunciado las palabras: "Acompañemos al Santo Padre", comunicando la muerte de Karol Wojtila. Poco antes, se habían apagado las luces de las dependencias del Papa. Los prelados que se encontraban en la escalinata de la Basílica de San Pedro han invitado al silencio para "acompañar al Papa en sus primeros pasos al cielo".
Al conocerse la noticia, decenas de miles de fieles, peregrinos, religiosos, curiosos, se congregaban en la plaza de San Pedro, justo delante de la Basílica que es el centro de la Iglesia Católica. Entonces los llantos se han mezclado con el sonido de las campanas de las iglesias de Roma, que han comenzado a doblar a difunto. Se disponían a pasar, entre la esperanza y la tristeza, pero siempre en medio de las oraciones, la segunda noche consecutiva de vigilia. Vigilia para pedir a Dios por la vida del Pontífice viajero, para dar aliento a Juan Pablo II en sus últimas horas, pero también para conocer los primeros un momento histórico.
Después de una primera noche de vigilia, en la que más de 60.000 personas han permanecido con la mirada puesta en las ventanas de los aposentos del Papa, los fieles se daban un respiro al alba. Sólo cientos de ellos, en su mayoría jóvenes, se han quedado en la plaza, en una mañana de cierta calma. Pero a lo largo del día, el enorme espacio rodeado por la columnata se ha convertido de nuevo en lugar de peregrinaje para miles de católicos y curiosos que esperaban con angustia la noticia del fin de la agonía de Juan Pablo II.
La plaza volverá a er mañana lugar de peregrinaje, cuando el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, oficie por la mañana una misa en la plaza de San Pedro por al alma del Papa, según ha anunciado el número tres del Vaticano, el arzobispo argentino Leonardo Sandri.
Los cánticos y oraciones han acompañado al Papa en sus últimas horas. Además, la plaza se ha convertido en un altar improvisado con velas e imágenes por doquier -en un momento dado, se han colocado velas en el suelo formando las palabras "Con te" ("Contigo").
Ya con la mañana, a los jóvenes a los que el Papa dedicó buena parte de su Pontificado, se han unido religiosos, turistas y curiosos, todos frente al Palacio Apostólico, situado a uno de los lados de la monumental plaza y donde se extinguía la vida del Juan Pablo II. Desde familias enteras con rosarios, hasta monjas que aguardaban en silencio con el oído pegado a un transistor, la Plaza de San Pedro se ha convertido en un reflejo de la ansiedad y tristeza de millones de católicos de todo el mundo.
El flujo incesante de fieles promete convertirse en una auténtica oleada, por lo que las autoridades italianas han preparado todo lo necesario para afrontar la situación, con medidas similares a las adoptadas en otras ocasiones en las que el Vaticano ha sido centro de peregrinaje. A los carabineros (policía militarizada) que habitualmente vigilan la zona, se han sumado miembros de la guardia municipal y de la Policía, y se han desplazado a la zona algunas ambulancias por si se presenta algún caso de urgencia dada la extraordinaria afluencia de personas. La Cruz Roja italiana ha anunciado que en las próximas horas colocará dos carpas sanitarias en las inmediaciones del Vaticano.
Roma, atestada
Durante todo el día, al aeropuerto romano de Fiumicino han empezado a llegar, junto con los habituales turistas, centenares de peregrinos que se dirigen directamente a rezar a la Plaza de San Pedro. Se estima que la afluencia de personas a Roma se ha quintuplicado en las últimas horas con respecto a un fin de semana normal.
Aunque los extranjeros son muchos, lo cierto es que la mayoría de los presentes en las inmediaciones de la Santa Sede son italianos, buena parte de los cuales procedentes de otras ciudades del país. Para evitar que la situación se desborde, la compañía nacional del ferrocarril, Ferrovie dello Stato, ha incrementado el personal en las salas operativas en las oficinas de asistencia al cliente de las diferentes estaciones del país.
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