Se eleva a ocho el número de muertos en un motín en una cárcel argentina
Hay cerca de una treintena de heridos, algunos graves, y varias personas tomadas como rehenes.- Un grupo de negociadores trata de poner fin a la crisis
Al menos ocho personas han muerto (cinco presos, dos guardias de seguridad y un policía) y un número indeterminado de personas han resultado heridas en el motín que se desató ayer en una cárcel de la ciudad de Córdoba, en el centro de Argentina, han informado fuentes oficiales. Los heridos podrían rondar la treintena y entre ellos hay varios graves. Los amotinados, que demandan mejores condiciones penitenciarias, mantienen retenidas a varias personas, entre ellas el director de la prisión.
Durante la pasada madrugada fueron liberados 13 rehenes, entre guardias, mujeres y niños, si bien todavía quedan varias personas retenidas por los reclusos que controlan el penal situado en la capital cordobesa, a 715 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
El fiscal general de la provincia, Gustavo Vidal Lascano, a cargo del comité de crisis constituido tras el motín, ha dado la cifra oficial de muertos y ha asegurado que un grupo de negociadores, en contacto con los amotinados, trata de encontrar una solución al incidente.
El detonante, un empujón
El motín comenzó a las tres de la tarde de ayer, durante el horario de visitas, cuando un vigilante empujó a la mujer de uno de los presos, lo que provocó la reacción de algunos reclusos, que empezaron a forcejear con el guardia, pelea a la que, en pocos segundos, se sumaron más detenidos. Después, los presos consiguieron hacerse con algunas armas y, en medio de un fuerte tiroteo, un grupo de 16 reclusos intentó fugarse a bordo de un camión, acción que fue abortada por las fuerzas policiales que rodeaban el centro penitenciario.
Un sector de la cárcel se ha incendiado y fuerzas de seguridad han cortado la luz en la prisión y sus alrededores, el popular y poblado barrio de San Martín. La prisión es sobrevolada por helicópteros que iluminan los tejados, donde se encuentran gran parte de los reclusos. Los presos amenazan con arrojar al vacío a los rehenes.
Entre los rehenes hay varios guardias, el director de la prisión, Emilio Corso, y el subdirector, Francisco Toledo, mientras que medio centenar de familiares de presos permanecen en el penal por decisión propia. Algunos medios de comunicación locales han informado de que casi la totalidad de los presos, 1.600, está dispuesta a poner fin al motín, pero hay unos cien condenados a cadena perpetua que se oponen y exigen una conmutación de penas.
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