Al menos 175 muertos y más de 880 heridos en el incendio de una discoteca en Buenos Aires
El local superaba el aforo permitido en 2.000 personas y la única puerta de emergencia estaba bloqueada
Buenos Aires vive la peor tragedia de su historia en vísperas de Año Nuevo. Al menos 175 personas han muerto, entre ellas varios niños, y otras 889 han resultado heridas al incendiarse una abarrotada discoteca de la capital argentina a causa de las bengalas encendidas por el público, en su gran mayoría jóvenes de unos 20 años que asistían a un concierto de rock. La única puerta de emergencia se encontraba "cerrada con alambres y candados", según ha informado la Alcaldía de Buenos Aires. En opinión del ministro del Interior, los jóvenes "estaban condenados a una trampa mortal". La policía busca al dueño del establecimiento, que se ha dado a la fuga.
Según varios testigos, citados por medios locales, el fuego se inició sobre las 23.00 horas del jueves 30 (las tres de la madrugada del 31 en España) como consecuencia de las chispas despedidas por las bengalas de algunos jóvenes que se encontraban en la discoteca República de Cromagnon, donde tocaba el grupo de rock Los Callejeros. Los miembros del grupo habían advertido, antes de comenzar su recital, de que no se encendieran bengalas por temor a un incendio como el ocurrido este año en un centro comercial de Paraguay en el que murieron 300 personas. Precisamente fue una bengala y otros elementos de pirotecnia los que desencadenaron la tragedia.
"Viví un infierno"
De acuerdo con estas mismas fuentes, las chispas alcanzaron rápidamente una telas que colgaban del techo del local y el fuego se extendió hacia el escenario. El local quedó a oscuras y en pocos segundos se convirtió en una caótica caldera en la que miles de jóvenes y hasta niños intentaban desesperadamente salir a la calle mientras otros perdían la vida carbonizados, asfixiados o simplemente aplastados. "Era la primera canción del grupo, pero de pronto una bengala incendió una tela en el techo y comenzó el incendio. La gente gritaba y corría de forma enloquecida. Nadie entendía nada", relató Felipe, un joven de 24 años. "Viví un infierno. La organización fue una mierda. Las puertas de emergencia estaban bloqueadas", subrayó otro joven que no se identificó, mientras buscaba a un amigo que lo había acompañado al concierto.
La juez en lo penal Angélica Crotto ha ordenado la busca y captura del dueño del local, el conocido empresario Omar Chabán, que se encontraba prófugo, aunque su abogado ha informado de que se presentaría ante la Justicia en las próximas horas. El jefe del Gobierno [alcalde] de la ciudad, Aníbal Ibarra, ha señalado que, si bien existía una puerta de emergencia en el local siniestrado, ésta se encontraba "cerrada con alambres y candados". Por su parte, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, ha subrayado que los asistentes "estaban condenados a una trampa mortal", en referencia a la falta de medidas de seguridad. "El local tenía la habilitación teórica, pero en lo práctico sólo había dos puertas y las otras estaban atadas con alambre.", ha declarado Fernández, para añadir que "con las puertas funcionando se hubiera evacuado el lugar en dos minutos y nadie se habría sofocado".
30 niños en una guardería
"Esto es una desgracia terrible. La capacidad del local estaba superada", ha indicado el ministro, sin aportar cifras. En la discoteca, situada en el populoso barrio de Once, en el centro de Buenos Aires, había unas 4.000 personas, excediendo el aforo permitido, según ha relatado a la cadena Ser un periodista de Radio Mitre, aunque otras fuentes hablan de hasta 6.000. Entre las víctimas, según coinciden varios supervivientes, hay varios niños e incluso bebés que habían acudido con sus padres al concierto, ya que en el lugar se había instalado una precaria guardería donde cuidaban a unos 30 niños cuando empezó el incendio. Además, 18 policías y cinco bomberos han tenido que ser hospitalizados con heridas de diversa consideración.
A media tarde del día 31, la Secretaría de Salud del gobierno de la ciudad de Buenos Aires ha informado de que los heridos ingresados que han podido ser identificados ascienden a 889, respecto de la cifra anterior de 619 heridos. Las autoridades admiten que el número de muertos posiblemente aumente de forma considerable debido a que muchos de los heridos, ingresados más de una decena de hospitales públicos y privados de la capital argentina, están "muy graves". Mientras tanto, familiares de las víctimas critican a las autoridades por las dificultades para localizar a sus seres queridos en las listas de los hospitales o en la Morgue Judicial. En este sentido, el secretario de Salud, Jorge Stern, ha señalado que resulta díficil identificar a los heridos y a los muertos ya que muchos de ellos no tenían sus documentos personales.
Tres días de luto
Se trata de la mayor tragedia de la historia de Argentina, ya que, en cantidad de víctimas mortales, el suceso de hoy supera a los atentados terroristas de 1992 y 1994, cuando dos coches bomba volaron la embajada de Israel y una mutualista judía de Buenos Aires, respectivamente, con un saldo global de 114 muertos y centenares de heridos.
Y trae además a la memoria colectiva un hecho de características similares, aunque de menor magnitud, ocurrido el 20 de diciembre de 1993, cuando 17 jóvenes murieron a causa de un incendio que destruyó la discoteca Kheyvis, a las afueras de la capital argentina. El Gobierno porteño ha decretado tres días de duelo, en los que no se permitirá la apertura de discotecas, la realización de conciertos, y además se va a restringir el uso de la pirotecnia, ya que el sistema de salud de la ciudad está saturado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.