India desaloja sus costas por una alerta de 'tsunami'
Miles de habitantes huyen despavoridos de las zonas marítimas ante el temor de la formación de otro maremoto
El Gobierno de la India ha llamado a los habitantes de las islas de Andaman y Nicobar y de las costas del sur del país a desalojar el litoral ante el temor a la llegada de nuevos tsunamis. Las fuertes réplicas del seísmo del pasado domingo que se han registrado esta mañana han llevado a las autoridades a tomar esta decisión como "medida de precaución", que ha terminado por desatar el caos y el miedo en varias zonas del país, según informan las agencias internacionales.
"¡Que vienen las olas!". Era el grito que cruzaba esta mañana la ciudad india de Nagapattinam, según relata la agencia France Presse. Los habitantes de esta localidad, una de las más castigadas por el maremoto del domingo, han comenzado a huir hacia las regiones del interior, muchas veces en autobús e incluso a pie. Escenas similares se han producido en las islas que conforman los archipiélagos de Andaman y Nicobar, muy próximos al epicentro del terremoto.
El éxodo se ha producido después de que los ministros de Defensa e Interior hayan pedido a la población que desalojara las zonas costeras ante el riesgo de que las fuertes réplicas del seísmo que se han registrado en el norte de la isla indonesia de Sumatra puedan originar nuevos tsunamis.
El más grave de estos nuevos movimientos telúricos ha marcado 5,2 grados en la escala de Richter, con epicentro en el mar, al noroeste de la gran ciudad de Medan. El Instituto de Geofísica de Indonesia ha asegurado que la intensidad no es suficiente para producir un nuevo maremoto, pero las autoridades indias han preferido desalojar a todas las personas en una franja de 2,5 kilómetros de costa.
90.000 muertos
El maremoto del pasado domingo ha costado la vida a más de 90.000 personas, según los últimos balances, lo que amenaza con sobrepasar ampliamente los 100.000 muertos que calculaba la Cruz Roja. Sólo en la ciudad indonesia de Meulaboh, la más cercana al epicentro del maremoto y hasta ahora aislada, la cifra de fallecidos puede ser de 40.000. El mar devuelve cadáveres ennegrecidos, mientras las autoridades y las ONG tratan de evitar que las epidemias aumenten el número de víctimas entre la población afectada, que no tiene acceso a agua potable. Además, decenas de miles de personas siguen desaparecidas, entre ellos miles de turistas occidentales.
A la gravedad del seísmo y las posteriores olas gigantes se añade ahora el temor a las enfermedades por la acumulación de cadáveres y la escasez de agua potable. De hecho, Unicef ha lanzado hoy una llamada de socorro a la comunidad internacional para que se envíe de forma inmediata reservas de agua para satisfacer las necesidades de la población afectada. "Sin una operación inmediata y a gran escala para abastecer de agua potable a la población afectada por el enorme maremoto del domingo, millones de personas corren grave riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua", dice el organismo de Naciones Unidas en un comunicado.
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