Zapatero invita a los socialistas europeos a sumarse a la campaña a favor de la Constitución

En su intervención en el Encuentro de líderes socialistas europeos, que ha arrancado hoy en Madrid, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha subrayado que los socialistas deben ser "la voz más poderosa" en defensa de la Constitución Europea. En este punto, ha pedido a los socialistas franceses que apoyen el texto constitucional. Además, ha defendido el nuevo rumbo de la política exterior española, que ha calificado "de futuro" y entre cuyas prioridades se encuentran las relaciones transatlánticas, Europa, Iberoamérica y el Mediterráneo.

El presidente del Gobierno se ha referido a la importancia del momento "apasionante" que está viviendo Europa con el nacimiento de su Constitución y ha reclamado que la nueva etapa que abre ahora la Unión Europea (UE) sea la de la "la fortaleza social" y en la que se constate que Europa sea "una locomotora de innovación y ejemplo social". Así, Zapatero ha defendido que los socialistas europeos sean "la voz más poderosa" en defensa de la Carta Magna y ha confiado en que los socialistas franceses, que mañana celebran un referéndum interno sobre la cuestión, den finalmente su apoyo al texto constitucional para lograr "una Europa fuerte socialmente, una Europa de la paz y con una voz de esperanza en el mundo".

Zapatero ha recordado el referéndum de ratificación de la Constitución previsto en España para el próximo 20 de febrero y ha destacado el esfuerzo explicativo que va a exigir esta cita y su intención de invitar a muchos líderes de la UE a que participen en la campaña. "Queremos que los españoles sientan de cerca ese gran proyecto común, esa casa común tan poderosa que es la Unión Europea", ha añadido el presidente del Gobierno. Por otro lado, el jefe del Ejecutivo español ha explicado a los dirigentes socialistas los rasgos de algunas políticas de su Gabinete, entre ella la exterior, sobre la que ha asegurado: "España ha puesto rumbo a una política exterior de futuro".

Evitar que nazca un "nuevo muro"

Según Zapatero, esta política tiene como "prioridades Europa, Iberoamérica, el Mediterráneo y la relación transatlántica" y se fundamenta en los principios de "defensa de la paz, la legalidad internacional, las Naciones Unidas y el multilateralismo". "Es el único camino de futuro y de esperanza para un orden internacional justo", ha subrayado. Zapatero ha aprovechado también su intervención para defender la propuesta de Alianza de Civilizaciones que realizó ante la Asamblea General de la ONU y que ha señalado que puede servir para evitar la construcción de un "nuevo muro" entre el mundo occidental y el árabe y musulmán.

Además, Zapatero ha respaldado la Alianza contra el hambre (de la que España forma parte del grupo promotor junto con Francia, Brasil, Chile y Naciones Unidas) y el objetivo de llegar al 0,7% del PIB de cada país dedicado a cooperación. Un objetivo al que España debe llegar "en cuanto podamos", según Zapatero, quien ha recordado que los Presupuestos del Estado de 2005 prevén superar el 0,3% del PIB a ese objetivo y llegar al 0,5% en 2008. Junto a ello, ha abogado por impulsar la reforma de organizaciones determinantes para el desarrollo de los pueblos con menos posibilidades, como el Fondo Monetario Internacional o el Club de París. El jefe del Ejecutivo subrayó que Europa es el espacio en el que más se protegen los derechos y libertades, donde se hace más esfuerzo social y no se impone ninguna moral, "sino sólo la moral ciudadana, que es la moral de la libertad democrática".

El encuentro de líderes socialistas europeos en el que intervino Zapatero pretende fijar las líneas que conduzcan hacia una UE más fuerte y analizar una serie de propuestas para presentarlas ante la Comisión Europea con el fin de que su presidente, José Manuel Durão Barroso, las incluya en el programa de trabajo de esa institución. Al encuentro asisten, entre otros, el primer ministro de la República Checa, Stanislav Gross; el presidente del Gobierno de Polonia, Marek Belka; el primer ministro sueco, Goran Persson; el presidente del Partido Socialista Europeo (PSE), Poul Nyrup Rasmussen; el primer ministro de Hungría, Ferenc Gyurcsany; el secretario del PSE, Philip Cordery y el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrel.