Berlusconi amenaza a sus aliados con elecciones anticipadas si no aprueban una bajada de impuestos

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha vuelto a amenazar hoy, a través de un artículo publicado en el diario Il foglio, con convocar elecciones anticipadas si sus socios de Gobierno no respetan su programa electoral, en particular la reducción de impuestos, que enfrenta estos días a los aliados de la coalición de centroderecha en el poder. La Liga Norte, el aliado más fiel de Berlusconi, le ha brindado ya todo su apoyo para que haga efectivo su ultimátum, lanzado la semana pasada y reiterado hoy, si el resto de socios del centroderecha no aprueban la medida en 2005.

"Sobre los impuestos, Forza Italia y yo no estamos dispuestos a dar mediavuelta. O se realiza el programa o se va a las elecciones. Si los impuestos se reducen de manera consistente y visible, continúa nuestro camino, si no la palabra vuelve a los italianos para que sean ellos quienes decidan su propio destino", escribe Berlusconi en un rotativo financiado por su esposa. En Italia se vive estos días una nueva discusión en el seno de la coalición gubernamental, ya que los aliados de Berlusconi se oponen a realizar como primer paso en la reforma económica la reducción de los impuestos, alegando que existen temas más importantes y que hay que buscar dinero para realizar esta operación sin aumentar el déficit.

Pero Berlusconi con este artículo repite y refuerza lo ya dicho en los últimos días sobre la "imposibilidad de renunciar al programa", al tiempo que espera que esta reforma fiscal "sea posible en los 18 meses que quedan para que finalice la legislatura". El jefe del Ejecutivo italiano asegura que "existe la cobertura económica para la reducción fiscal" y afirma que "la reducción estructural de los impuestos combinado con una inteligente reestructuración del gasto público y con el dúctil recurso al déficit en el presupuesto, ha permitido los más grandes resultados en la historia de la economía occidental".

Una revisión de Maastricht

Para esto, Berlusconi pide una revisión de los "rígidos vínculos" del Tratado de Maastricht y los factores "que han incrementado el valor de nuestra moneda más de lo necesario y penalizado la competitividad de nuestra industrias y nuestros sectores". Los primeros en pronunciarse han sido los miembros de la Liga Norte, el mayor aliado del primer ministro, que le han dado "todo el apoyo" para que haga efectivo su ultimátum de adelantar las elecciones. Esa amenaza de Berlusconi, lanzada la semana pasada y reiterada desde Il Foglio, la ha relanzado la Liga Norte a través de su dirigente y ministro de la Reformas, Roberto Calderoli. "La Liga quiere reducir los impuestos y ya ha decidido en ese sentido, ahora le toca a Berlusconi hacerlo sin más dilaciones, porque si no la hipótesis de elecciones en 2005 será un hecho consumado", ha señalado Calderoli.

El partido ex secesionista que lidera Umberto Bossi -apartado desde hace meses de la vida política por una grave enfermedad- critica las dudas mostradas por sus aliados de la derechista Alianza Nacional y la democristiana UDC, que no ven clara la cobertura financiera necesaria para aplicar la reforma fiscal. Según diversos cálculos, harían falta unos 12.000 millones de euros para acometer una rebaja de impuestos y la capacidad de maniobra es muy reducida sin que se vea resentido el déficit público, muy cerca del 3% fijado como tope por Bruselas.

El ministro de Economía, Domenico Siniscalco, asegura que se pueden encontrar recursos por valor de entre 4.000 y 6.000 millones de euros, que no permitirían reducir el impuesto sobre la renta y el que grava a las empresas de forma simultánea. De hecho hace unas semanas, Berlusconi parece que había aceptado acometer en dos fases su reforma fiscal y no comenzar a aplicar hasta 2006 el recorte de los tramos de la renta, pero luego cambió de forma radical e inició una presión sin tregua sobre sus aliados. Su principal argumento para tratar de convencer a sus socios ha sido las encuestas privadas que maneja, que le señalan que no ganaría los próximos comicios de 2006 si no cumple de inmediato con su promesa de bajar los impuestos.