El demócrata John Kerry reconoce su derrota en las elecciones a la presidencia de Estados Unidos
Quedan por adjudicar los votos electorales en tres Estados, entre ellos Ohio, el punto clave que decantará la balanza y en el que Bush mantiene una ventaja casi definitiva
Aunque los comicios estadounidenses no tienen aún un resultado definitivo, puesto que quedan miles de votos por contabilizar, la batalla electoral ha concluido esta tarde —primera hora de la mañana en Washington— al filtrar el Partido Demócrata que su candidato, John F. Kerry, ha telefoneado al presidente y aspirante republicano, George W. Bush, para admitir su derrota. La Casa Blanca ya había anunciado hace unas horas a bombo y platillo que el actual mandatario seguiría cuatro años más al frente del país.
"Felicitaciones, señor Presidente", ha dicho Kerry a Bush. El presidente le ha agradecido el gesto y lo ha calificado de "admirable y valioso". "Ha llevado una campaña dura. Espero que esté orgulloso. Debería estarlo", ha añadido Bush, que ha tachado de "muy elegante" el gesto del demócrata. Ahora llega la hora de los discursos. Kerry comparecerá a las ocho de la tarde —hora peninsular española— para hacer público lo que ya ha comunicado a Bush, y el republicano certificará su triunfo una hora después. Aunque en principio se había anunciado la comparecencia de Kerry para las siete de la tarde, fuentes de la campaña demócrata mencionadas por la cadena CNN han explicado que se retrasa una hora sin dar más explicaciones.
Poco después Kerry ha pronunciado un discurso en Faneuil Hall, uno de los puntos históricos más significativos de Estados Unidos, ya que es el lugar donde a finales del siglo XVIII se inició la revuelta de los colonos contra la Corona británica. El candidato demócrata ha reconocido ante los estadounidenses la derrota y ha hecho un llamamiento a la unidad nacional. Una hora después, Bush comparecía para agradecer la confianza de los electores y pedir a los que no le han votado su apoyo para fortalecer el país. El presidente ha explicado que durante los cuatro años anteriores "se han enfrentado con coraje a tareas muy grandes", y gracias a este "duro trabajo" Estados Unidos está entrando ahora en un periodo de paz.
El disputado voto de Ohio
Entre tanto, prosigue el recuento de papeletas: por ahora el presidente sólo cuenta con 254 votos electorales —necesita 270 para adjudicarse el triunfo—, frente a los 252 de su rival demócrata. Quedan en el aire tres Estados que aún no cuentan con vencedor: Iowa (donde se ha aplazado el escrutinio por problemas en las máquinas de recuento), Nuevo Mexico y, sobre todo, Ohio.
En Ohio quedan 250.000 papeletas por contabilizar. Este Estado suma 20 votos electorales; es decir, caiga para el lado que caiga, otorgará el triunfo en las presidenciales al afortunado. Nuevo Mexico sólo tiene cinco; Bush encabeza el recuento con 360.000 votos, frente a los casi 348.000 de Kerry, con el 99% escrutado. Iowa tiene siete; con el mismo porcentaje contabilizado, el republicano suma 743.600 votos, frente a los 730.000 del demócrata.
Así las cosas, sólo Ohio tiene la llave. Escrutado el 100% de las papeletas, Bush se lleva 2.794.346, y Kerry 2.658.125; es decir, les separan 136.221 sufragios. Dentro de once días se contarán los votos por correo, más de 250.000. Hace unas horas, los demócratas aseguraban: "Cuando [estos sufragios] sean contados, creemos que John Kerry ganará Ohio". Ahora sabemos que Kerry no ha querido esperar tanto. Bush ya había prendido la mecha de los fuegos artificiales unas horas antes.
El jefe de la Casa Blanca, Andrew Card, madrugó mucho para anunciar a los seguidores del presidente cuando aún no había amanecido en Washington que la ventaja de Bush en Ohio era "estadísticamente imposible de remontar". "Estamos convencidos de que el presidente Bush ha sido reelegido", añadió Card. Poco después, el candidato demócrata a vicepresidente, el senador por Carolina del Norte John Edwards, decía a sus seguidores en Boston que no concederían la victoria hasta que se contaran todos los votos en Ohio. "Ha sido una noche larga, pero hemos esperado cuatro años para lograr esta victoria y podemos esperar una noche más. Lucharemos por cada voto", afirmó entonces Edwards.
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