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Los serbios boicotean las elecciones en Kosovo, cruciales para el futuro estatuto de la provincia

Los kosovares han elegido hoy la Asamblea que pilotara el año que viene un proceso que quieren que sea de independencia de Serbia

Kosovo ha celebrado hoy los comicios más importantes de su posguerra, pues, cinco años después de la intervención militar de la OTAN, ha elegido a los 120 diputados que deberán negociar en unos meses el estatuto definitivo de esta provincia serbia bajo administración de Naciones Unidas. Los 128.000 serbios que viven bajo protección de los soldados de la ONU (KFOR) han optado por boicotear las elecciones. La Liga Democrática de Kosovo (LDK), del presidente Ibrahim Rugova, se ha impuesto en las elecciones, según los primeros datos no oficiales.

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Según cálculos hechos públicos por el Consejo para la Defensa de los Derechos Humanos y la Libertad, una organización no gubernamental de Kosovo, la gubernamental LDK ha ganado los comicios con cerca del 47% de los votos.

Le sigue el también gubernamental Partido Democrático de Kosovo (PDK), liderado por el ex guerrillero Hashim Thaci y por el actual primer ministro Bajram Rexhepi, con el 27%. El tercer aliado de la actual coalición de gobierno, la Alianza para el Futuro de Kosovo (AAK), del también ex guerrillero Ramush Haradinaj, se ha hecho con el 8%. El nuevo partido ORA, del empresario multimillonario Veton Surroi, al que los sondeos otorgaban un 20% de la intención de voto, ha alcanzado únicamente un 6% de los sufragios.

Los datos se basan en un 17% de los votos escrutados, y tienen un margen de error de apenas un 0,5%, según la organización que ha facilitado este primer avance.

Los serbios suman el 8% de los habitantes de esta provincia, que consideran la cuna de su civilización. Los líderes de esta comunidad —los representantes de la Iglesia ortodoxa y el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica— les habían conminado a no participar en unas elecciones que consideraban el primer paso hacia la independencia. Sin embargo, el presidente de Serbia, el reformista Borís Tadic, se había sumado a los llamamientos a la participación hechos por la comunidad internacional. Sea como sea, los serbios tienen reservados diez escaños en la Asamblea —el resto de las minorías, bosnios, turcos y gitanos, tienen otros diez—.

Los ciudadanos de origen albanés (el 90% de los 1,9 millones de habitantes de Kosovo) habían recibido la promesa electoral —de sus principales líderes, no de la comunidad internacional— de que estas elecciones eran el primer paso hacia la independencia. Sin embargo, y pese a que no hay todavía datos oficiales, nada hace pensar que la cifra de participación vaya a ser notable. Los colegios electorales han cerrado a las ocho de la tarde (hora local, que coincide con la peninsular española) sin que se registraran incidentes violentos, y los datos oficiales de abstención se harán públicos a las 21.30.

En las elecciones parlamentarias de 2001 sólo votó el 64% de los ciudadanos que podían hacerlo; un año después, en las municipales, acudieron a las urnas sólo el 54%. El factor fundamental para explicar esta abstención hay que buscarlo en el descontento ciudadano por la pésima situación económica de la provincia: el desempleo ronda el 70%, de forma que la mayoría de las familias dependen del dinero que envían sus miembros en otras provincias o en el extranjero.

33 partidos y listas se han presentado a estos comicios, que deben completar 100 de los 120 escaños de la Asamblea de Kosovo —los otros 20 corresponden a serbios y otras minorías—. Hoy sólo se han presentado dos partidos serbios; uno de ellos, el de Tadic, está encabezado por Olivier Ivanovic, que ha declarado: "Al participar podemos abrir vías de diálogo con los albaneses".

19.300 soldados, 700 de ellos españoles, a los que hay que añadir a los miembros de la policía internacional, han vigilado un proceso electoral que se ha desarrollado sin incidentes, aunque con una cierta tensión y un lenguaje subido de tono entre los candidatos. Con una población de 1,9 millones (1,4 millones con derecho a voto), en un 90% albanesa, y un tamaño similar al de Asturias, la presencia militar es descomunal.

Un anciano deposita su voto en un colegio electoral de Pristina, la capital kosovar.
Un anciano deposita su voto en un colegio electoral de Pristina, la capital kosovar.AP

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