Veiga acusa a los rebeldes del PP gallego de enriquecerse con la política
Baltar admite la posibilidad de dar marcha atrás si se queda sin apoyos
El presidente del PP de Ourense y líder de un grupo de rebeldes orensanos que han organizado una crisis en el Gobierno gallego ha abierto hoy la posibilidad de dar marcha atrás en las pretensiones que ha planteado al presidente de la Xunta, Manuel Fraga, si se queda si apoyos entre los alcaldes de su provincia. Por su parte, el conselleiro de pesca, Enrique López Veiga, ha asegurado que "muchos" de los que están en "todo este proceso" han visto aumentado su patrimonio "paralelamente a su vida política" y que han planteado la crisis por "motivos personales y no ideológicos", y eso "la gente lo sabe".
"Si no tengo apoyo, no me quedará otra que dar marcha atrás", ha dicho Baltar. Es la primera vez que el presidente del PP ourensano reconoce que podría ceder en esta crisis que ha abierto entre los populares gallegos. Y lo hace aludiendo claramente a los alcaldes de la provincia, algunos de los cuales ya se han puesto públicamente de su lado. En todo caso, ha querido dejar claras dos cosas. La primera, que "las negociaciones" con Manuel Fraga "van por buen camino" pese a las diferencias. Y la segunda, que "nadie va a ir contra Fraga" en el congreso regional del partido, que se celebrará después del Congreso nacional del PP que se celebra este fin de semana. "Es evidente que si Fraga decide una lista, a los demás no nos queda más remedio, porque sabemos que además hay que aceptarla porque si votamos en contra vamos a perder", ha dicho. Ayer ya dejó claro que no cuestiona a Fraga como líder del partido en la región, sino que pedía "democracia y consenso de Fraga para abajo".
Críticas a los rebeldes
Las declaraciones de Baltar se producen al mismo tiempo que las del conselleiro de Pesca, Enrique López Veiga, que ha criticado sin mencionarlos a los diputados rebeldes. Veiga ha asegurado que, al contrario que él, "otros" han experimentado aumentos de su patrimonio desde que ostentan cargos oficiales. Veiga respondía así a Baltar, que ha achacado la defensa de Fraga que ha hecho Veiga estos días a que veía "en peligro" su puesto de conselleiro. "Yo soy de los que no tengo miedo", ha dicho, recordando que en los puestos de Gobierno "se está para servir y no enriquecerse". "Los que no hemos tenido ningún proceso de enriquecimiento paralelo a nuestra vida política no tenemos ningún problema, mientras que otros han experimentado un notable aumento del patrimonio", ha dicho en referencia a los rebeldes, que a su juicio, actúan por motivos "que no tienen nada de ideológico, sino personal".
Aunque no lo ha mencionado, Veiga podría referirse al ex secretario general del PP gallego, Xosé Cuiña, única víctima política del hundimiento del Prestige tras conocerse que empresas de su familia obtuvieron negocio de la limpieza del fuel. Cuiña acompañó por sorpresa el lunes a Baltar a una reunión con el presidente Fraga en un nuevo intento por zanjar la crisis. Cuiña, llamado a ser el delfín de Fraga, fue obligado a dimitir a raíz del hundimiento del petrolero. Desde ese momento, los barones regionales del PP consideraron que se habían quedado sin su hombre fuerte, mientras que se dio entrada en la Xunta a dos personas vinculadas al actual líder del PP, Mariano Rajoy.
Finalmente, el conselleiro ha insistido en que Manuel Fraga cuenta con el apoyo de 35 ó 40 diputados. "El resto no es democracia, el resto se llama de otra manera", ha sentenciado López Veiga, que entiende que la revuelta es cuestión de la "opinión de cuatro o cinco".
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