Al menos siete muertos en dos atentados en Baquba y Mosul
Un bombardeo estadounidense sobre un barrio chií de Bagdad deja cinco muertos
Tres miembros de la Guardia Nacional iraquí han muerto hoy al estallar un coche bomba en la ciudad de Mosul, según fuentes médicas. Más al sur, otras cuatro personas han perdido la vida por la explosión de un artefacto en Baquba, han informado fuentes policiales.
Los tres miembros de la policía militarizada iraquí fallecieron cuando una bomba camuflada en un coche hizo explosión al paso de un convoy de varios vehículos de la Guardia Nacional. Según todos los indicios, esta vez el ataque se efectuó a distancia y no mediante un conductor suicida como en otras ocasiones.
El artefacto explosivo de Baquba estaba colocado en una carretera y, al parecer, estaba programado para explotar al paso de un convoy de las fuerzas multinacionales, pero ha estallado por error al paso de un coche que llevaba a cinco civiles. La ciudad de Baquba y sus alrededores, en el llamado triángulo suní, es una de las zonas donde la resistencia iraquí realiza una gran parte de sus operaciones contra las fuerzas de ocupación.
Bombardeo estadounidense sobre Ciudad Sáder
Mientras, prosiguen los bombardeos norteamericanos sobre posiciones rebeldes en distintos puntos del país para intentar descabezar a la insurgencia iraquí. Al menos cinco personas han muerto y medio centenar están heridas después de que helicópteros estadounidenses bombardearan el barrio de Ciudad Sáder, un suburbio chií al sur de Bagdad, según fuentes médicas de los hospitales Al Hakim y Al Sáder, en las cercanías del barrio, que aseguran que la mayoría de las víctimas son civiles.
Un testigo llamado Husein Radi ha dicho a Efe que el bombardeo comenzó de madrugada y destruyó diez edificios. Según el mando militar de EE UU, los helicópteros buscaban a milicianos del Ejército del Mahdi, la milicia seguidora del clérigo radical Múqtada al Sáder. Los enfrentamientos entre las tropas de EE UU y los insurgentes son frecuentes en Ciudad Sáder, bastión de rebeldes chiíes. En ese barrio se hacinan hasta dos millones de chiíes de las capas más bajas de la sociedad iraquí.
El secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, ha reconocido que los actos violentos llevados a cabo por los insurgentes en Irak "se están intensificando y van a peor", lo que podría complicar la celebración de unas elecciones el próximo enero.
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