Las autoridades iraquíes culpan al jordano Al Zarqaui de la ola de atentados contra iglesias
El papa Juan Pablo II deplora "vivamente las injustas agresiones" contra los cristianos en Irak
La minoría cristiana de Irak se encuentra hoy conmocionada por la cadena sin precedentes de atentados que ayer domingo sacudió seis iglesias de Bagdad y Mosul y que causó 11 muertos y más de 50 heridos. Aunque de momento ningún grupo de la resistencia iraquí se ha atribuido la matanza, las autoridades iraquíes han acusado al islamista radical jordano Abú Musab al Zarqaui de ser el responsable de los atentados, con los que, en su opinión, Al Qaeda pretende forzar a la influyente comunidad cristiana a abandonar el país. Mientras, líderes políticos y religiosos, cristianos y musulmanes, han cerrado filas y han coincidido en condenar la masacre y tildarla de "crimen inhumano", además de llamar a la unidad multiconfesional del país.
La comunidad cristiana, dividida en diferentes ritos, la componen unos 850.000 iraquíes, el 3% de la población, y durante el anterior régimen disfrutaba de una acomodada situación dentro de la clase media. Por su parte, el Gobierno interino iraquí ha vuelto a responsabilizar hoy de la masacre, la primera que ha tenido como objetivo a los cristianos desde la caída del régimen de Sadam Husein, hace 15 meses, al grupo del islamista radical suní Abú Musab al Zarqaui, conectado con Al Qaeda y considerado la primera amenaza terrorista en Irak.
Sin nombrar al grupo de forma específica, el presidente interino, Gazi al Yauar, ha calificado los ataques de "exabrupto terrorista", al tiempo que ha subrayado que los signos de unidad en Irak deben ser ahora mucho más fuertes. "Instamos a nuestro pueblo a que trabaje codo con codo para hacer frente a aquellos que quieren matar a nuestros hermanos, a nuestros hijos, destruir nuestros hogares", ha señalado Al Yauar a los periodistas.
Los líderes chiíes condenan los ataques
De igual forma, los ha condenado Abdul Hadi al Darayi, representante del líder radical chií Múqtada al Sáder, uno de los clérigos más beligerantes con la ocupación y el nuevo Gobierno interino iraquí. "Es un crimen contra los iraquíes", ha señalado el portavoz a la cadena de televisión por satélite qatarí Al Yazira. Un comunicado en el mismo sentido divulgó hoy en la ciudad santa de Nayaf el líder religioso más respetado por la mayoritaria comunidad musulmana chií, el ayatolá Alí al Sistaní.
"Denunciamos y condenamos esos horrendos crímenes. Debemos trabajar todos juntos, Gobierno y pueblo, para erradicar estos ataques contra los iraquíes", subraya el texto. El líder secular suní Adnan Pachachi, que fuera miembro del extinto Consejo de Gobierno iraquí, ha confesado por su parte que quedó "horrorizado" por un crimen "que debe ser rechazado por todos los musulmanes". Fuera de Irak, además de todos los líderes mundiales, el papa Juan Pablo II ha "deplorado vivamente las injustas agresiones" contra los cristianos en Irak.
"En estas horas de sufrimiento, el Papa deplora vivamente las injustas agresiones hacia quien sólo pretende colaborar por la paz y la reconciliación del país", ha señalado en su nombre el viceportavoz del Vaticano, Ciro Benedettini, en el primer comunicado oficial de la Santa Sede tras los atentados. Juan Pablo II, según precisó Benedetteni, ha enviado un mensaje al Patriarca de Babilonia de los Caldeos (la Iglesia Caldea es una rama del catolicismo), Emmanuel III Karim Delly, en el que expresa "toda" su solidaridad a los católicos iraquíes, "tan dolorosamente afectados". El Patriarca Caldeo, por su parte, ha señalado que, a pesar de los atentados, los caldeos no se desalientan, "ya que Irak es una sola familia, compuesta por cristianos y musulmanes".
Kuwait e Irak, de nuevo amigos
Kuwait e Irak han restablecido sus relaciones diplomáticas, rotas hace ahora 14 años, tras la invasión del emirato por el Ejército del ex dictador iraquí Sadam Husein. Un comunicado oficial de la agencia kuwaití KUNA ha confirmado la noticia, un día después de que el primer ministro de Irak, Iyad Alaui, concluyera una visita de tres días a Kuwait. Alaui aprovechó su estancia en el emirato para reiterar el deseo de Bagdad de abrir un nuevo capítulo en las relaciones entre los dos países vecinos, y pidió ayuda kuwaiti para que su Gobierno pueda restablecer la seguridad y poner en marcha los planes de reconstrucción. Además, el primer ministro iraquí juzgó que la invasión del emirato fue "una catástrofe" y "una acción cobarde".
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