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Una oleada de atentados suicidas contra iglesias siembra el terror entre los cristianos de Irak

Al menos cinco personas mueren en ataques contra templos en Bagdad y Mosul

Fue un domingo de horror para la minoritaria comunidad cristiana de Irak. Una oleada de atentados coordinados contra iglesias y conventos dejaron un reguero de sangre -al menos cinco muertos- y abrieron una brecha definitiva entre la mayoría musulmana y los 800.000 cristianos del país.

"Quienes atacan los establecimientos religiosos de los cristianos no son elementos incontrolados, sino grandes organizaciones radicales islámicas", aseguraba hace poco a este periódico el párroco caldeo Amer Petrus Namo, de El Gadir, el barrio de Bagdad que cuenta con mayor población cristiana: unas 10.000 personas. Su iglesia fue uno de los cuatro templos atacados ayer en la capital iraquí.

Tres coches bomba, uno de ellos probablemente conducido por un terrorista suicida, y una granada estallaron casi al mismo tiempo frente a tres iglesias católicas, dos en Bagdad y una en Mosul, la ciudad más importante del norte de Irak. Poco más tarde, un convento del sur de la capital y la iglesia caldea de El Gadir fueron también atacados. Fuentes policiales señalaron que al menos cinco personas murieron. La cifra de heridos superaba el medio centenar.

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El Vaticano condenó anoche la cadena de atentados. "Es algo terrible y preocupante porque es la primera vez que templos cristianos han sido atacados en Irak", aseguró un portavoz de la Santa Sede.

Los dos primeros ataques tuvieron lugar en el céntrico barrio capitalino de Karrada, cuya población es mayoritariamente chií, aunque también tiene un alto porcentaje de cristianos. En lo que va de mes, una decena de licorerías -negocios explotados por cristianos- en Karrada y el barrio de El Gadir han sido atacadas, al igual que varias peluquerías de señoras.

La primera explosión que se escuchó con nitidez por todo el centro de la capital fue contra la iglesia de católica armenia de la Asunción. Según la policía, un kamikaze explotó su coche contra la puerta del recinto religioso. Minutos después, otra deflagración elevaba una columna del humo por el cielo de Bagdad. Esta segunda explosión fue contra el muro de la iglesia de rito católico siriaco de ese mismo barrio. Varios coches aparcados en los alrededores resultaron completamente destrozados.

De inmediato, helicópteros estadounidenses comenzaron a sobrevolar la zona, mientras decenas de ambulancias y bomberos se precipitaban hacia el lugar para auxiliar a las víctimas. Según declaró un portavoz del hospital Ibn al Nafiz, 15 heridos, algunos de ellos graves, fueron ingresados en ese centro.

Afortunadamente los atentados ocurrieron a media tarde, mientras que las misas dominicales se celebran por la mañana, lo que redujo considerablemente la tragedia, ya que en todas las iglesias hubo servicios religiosos, a los que acudieron, como es habitual, hombres, mujeres y niños. En una de las calles de acceso a la iglesia armenia se colocaron a principios de mes grandes bloques de hormigón para bloquear la calle y proteger la iglesia y el instituto femenino en que estudian muchas cristianas armenias, sobre todo de los intentos de secuestro.

"Siento miedo por el futuro en tanto que iraquí. Como católico lo tendré de verdad el día que ataquen una iglesia", dijo la semana pasada, Walid Lion, un ingeniero electrónico, cuyo taller de reparación de televisores linda con una de las tiendas de bebidas alcohólicas que fueron incendiadas a mediados de mes.

El coche bomba y la granada que explosionaron junto a una iglesia de Mosul, 370 kilómetros al norte de Bagdad, lo hicieron casi al mismo tiempo que las dos primeras deflagraciones de Bagdad. Los vecinos de la zona aseguran que la humareda negra que dejó el doble atentado podía verse a varios kilómetros de distancia. Una persona resultó muerta y 15 heridas.

La mayoría de los cristianos iraquíes pertenece a la iglesia católica caldea pero también hay siriacos, católicos armenios, sirios ortodoxos y sirios católicos. Durante la dictadura nacionalista de Sadam Husein, los cristianos fueron protegidos, mientras Sadam reprimía sobre todo a la mayoría chií del país. De los 25 millones de iraquíes, el 58% son árabes chiíes, el 18% árabes suníes, otro 18% kurdos suníes y el resto son turcomanos, también de religión musulmana y cristianos.

Precisamente ayer, el presidente iraquí Gazi al Yauar se entrevistó con un enviado del Papa Juan Pablo II que supuestamente le expresó la preocupación del Vaticano con esta comunidad, aunque no se hizo público el contenido encuentro.

"No sé si son suníes o son chiíes, pero sé que quienes atacan los negocios cristianos son islámicos, entre los que también puede haber elementos del antiguo régimen, que creen que existe una buena cooperación entre los cristianos y las tropas de ocupación, lo que es falso. Los cristianos somos los primeros en sufrir las consecuencias de la invasión", declaró el sacerdote Amer, que afirmó que no había pedido protección a la policía "para evitar que la iglesia se convierta en objetivo de ataque".

Los vecinos de Karrada acudieron de inmediato a ayudar a los heridos. "He visto niños y mujeres sangrando, los cristales de la iglesia habían reventado y estaban por toda la calle", declaró una iraquí visiblemente afectada por el atentado.

Ataques en Faluya

La jornada de ayer fue un auténtico infierno, que comenzó con dos grandes bombazos en Bagdad. En Faluya, una ciudad que se ha convertido en un bastión de la resistencia situada en el conflictivo triángulo suní, los combates entre insurgentes y fuerzas norteamericanas e iraquíes se prolongaron durante toda la madrugada y causaron más de una decena de muertos, la mayoría civiles a consecuencia de los bombardeos estadounidenses. Además, dos soldados de Estados Unidos resultaron muertos y tres heridos cuando dos vehículos blindados uno en Samarra y otro en una carretera del sur del país pisaron una mina.

Mientras, el mando estadounidense puso en libertad a 126 prisioneros iraquíes en el marco de su nueva política, con la que pretende poner ante la justicia lo antes posible a los cerca de 5.000 presos que mantiene en las dos principales cárceles del país, la mayoría de ellos delincuentes comunes.

[El Vaticano condenó ayer los atentados contra la comunidad cristiana en Irak, que calificó de "muy preocupantes". "Su intención es aumentar la tensión contra los lugares de culto cristianos en Irak", declaró el padre Ciro Benedetini, portavoz de la Santa Sede. "Es muy preocupante porque es la primera vez que estos lugares de culto son atacados", agregó].

Una iglesia de Bagdad poco después del atentado.
Una iglesia de Bagdad poco después del atentado.REUTERS

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