Estalla un pequeño paquete bomba en un avión turco que acababa de aterrizar en Estambul

Tres personas han resultado heridas a primera hora de la tarde en el aeropuerto de Estambul al estallar un artefacto de escasa potencia escondido dentro de un portafolios que se encontraba abandonado en el interior de un avión. El aparato, de la compañía de bandera turca Turkish Airlines, estaba estacionado en el aeropuerto en el momento de la deflagración.

El avión, un Boeing 737-400, había aterrizado procedente de Izmir, al oeste del país, a las 12.14 horas, según informa la página web de la aerolínea. El pasaje ya había desembarcado en su totalidad y estaba siendo sometido a labores de limpieza.

La deflagración, de escasa potencia, se ha producido cuando un empleado ha abierto el maletín para inspeccionar su contenido, según ha explicado la policía turca. El trabajador ha perdido varios dedos y se encuentra ingresado en un hospital, mientras que otros dos compañeros han sufrido pequeñas heridas. El portavoz de Turkish Airlines, Recep Guvelioglu, ha indicado que "se trata aparentemente de una bomba trampa con forma de portafolio".

Una cadena de atentados

Pese a lo sucedido, el aeropuerto de Estambul sigue funcionando con normalidad. Está previsto que a lo largo del día de hoy lo utilicen para regresar a sus lugares de origen la mayor parte de los mandatarios europeos y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que participan en la cumbre de la ONU que se celebra en la ciudad.

En los días previos a la cumbre se sucedieron una serie de pequeñas explosiones en la ciudad, una de las cuales causó la muerte de cuatro personas, entre los que se contaba un bombero, lo que sembró el temor por la seguridad del encuentro. La policía responsabilizó a grupos izquierdistas que operan desde hace años en el país.

Hoy mismo, la policía de Ankara ha detectado un artefacto disimulado en los raíles de un tren de cercanías cerca del centro. Además, anoche se produjo una explosión de origen no determinado en el patio de un complejo del Ministerio turco de Defensa, en pleno centro de Ankara, que no causó heridos.