Powell pide a Zapatero que no retire las tropas durante su visita por sorpresa a Irak
Los periodistas boicotean una rueda de prensa del secretario de Estado en protesta por la muerte de dos colegas
El secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, ha advertido hoy en Bagdad al futuro presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, de que "ahora no es el momento" de retirar las tropas de Irak, aunque "la coalición seguirá firme" si el repliegue se produce finalmente. Además, Powell ha afirmado que la guerra de Irak "no ha alimentado el terrorismo en el mundo". El viaje del secretario de Estado se ha mantenido en el máximo secreto y se produce a pocas horas del primer aniversario del inicio del bombardeo.
Su primera rueda de prensa ha sufrido el boicot de un grupo de periodistas árabes que han protestado así por la reciente muerte de dos colegas de la televisión Al Arabiya. Un reportero erigido como portavoz ha leído un comunicado en la sala de prensa del antiguo Centro de Convenciones de Bagdad minutos antes de que Powell apareciera por sorpresa en la rueda de prensa, convocada por el Administrador Civil de Irak, Paul Bremer. Instantes después los corresponsales se han levantado y han abandonado la sala. Sin embargo, las cadenas de televisión árabes Al Yazira y Al Arabiya han mantenido sus cámaras y han emitido la intervención.
"Vosotros y vuestros compañeros habéis acabado con un horrible régimen dictatorial que era una amenaza para su propio pueblo, para esta región (Oriente Medio) y para todo el mundo", ha dicho Powell tras aterrizar en la capital iraquí. El jefe de la diplomacia norteamericana se ha reunido con el administrador civil para Irak, su compatriota Paul Bremer, con el que ha hablado del traspaso de poder a los iraquíes previsto para el 30 de junio y las condiciones de seguridad, según fuentes de la delegación.
Powell ha llegado a Bagdad procedente de Kuwait, donde anoche se reunió con los responsables de este emirato, que sirvió de lanzadera para que las tropas norteamericanas entraran en Irak el 20 de marzo de 2003 y derrocaran, 22 días después, al entonces presidente iraquí, Sadam Husein. Entre sus objetivos están felicitar a la Autoridad Civil provisional por su trabajo en la reconstrucción del país y elevar la moral de las tropas estadounidenses.
Un momento delicado
El 20 de marzo de 2003, a las 3.35 horas, Estados Unidos inició el bombardeo de Bagdad con el objetivo de acabar con el régimen de Sadam Husein. El 1 de mayo el presidente George W. Bush proclamaba el fin de la guerra, aunque desde entonces la posguerra ha ocasionado centenares de muertos. Powell llega a un país que en los últimos días ha sido testigo de un incremento de la violencia y los ataques contra civiles -iraquíes y extranjeros- y contra las fuerzas de ocupación. En las últimas veinticuatro horas, han muerto en Irak cerca de una veintena de personas, víctimas de atentados con coche bomba y enfrentamientos con los grupos de la resistencia. Entre ellas, un reportero gráfico del canal de televisión por satélite árabe Al Arabiya, muerto, según la cadena, por disparos de las tropas de ocupación.
Este incremento de la violencia también coincide con los primeros resultados de la operación 'Promesa de Hierro', lanzada el miércoles por el Pentágono para desmantelar las células de insurgentes e incautarse de armamento. El general de Brigada estadounidense Martin Dempsey anunció que ya se logrado la captura de 81 sospechosos, entre ellos uno que estaba en la lista de los más buscados, y un activista jordano con conexiones con redes religiosas.
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