Cuba admite "errores" en el sector turístico pero rechaza que sus ejecutivos cometieran "desfalcos"

El Ministerio de Turismo de Cuba ha roto el silencio oficial que envolvía hasta hoy el último caso de corrupción que afecta al régimen de Fidel Castro: las presuntas irregularidades cometidas por una veintena de altos directivos de la macrocorporación turística Cubanacan, que controla 51 hoteles en la isla. A través de un comunicado, el poderoso departamento ha confirmado que "el presidente de Cubanacan, Juan José Vega, los directores de dos de sus empresas no hoteleras y el responsable de una sucursal, han sido separados de sus funciones", si bien ha negado que ninguno de ellos participara "en robos o desfalcos". Tan sólo ha reconocido "graves errores en su trabajo de dirección asociados a falta de exigencia y control".

Violanciones todas ellas que, "aunque son práctica normal para ejecutivos en casi todo el mundo, no se ajustan a las severas normas que rigen la conducta de los dirigentes y funcionarios cubanos", añade el comunicado.

En la última semana, altos directivos y ejecutivos de nivel medio de Cubanacan están siendo investigados por presuntas "irregularidades". Según fuentes del sector, las irregularidades abarcarían desde el "desvío de recursos" y el cobro de comisiones hasta la tenencia de cuentas millonarias en bancos extranjeros.

Asimismo, el Ministerio de Turismo de Cuba ha desmentido las informaciones de la BBC que aseguraban que varios directivos del grupo turístico se encuentran bajo arresto domiciliario acusados de corrupción. "No hay persona alguna arrestada en relación con este asunto.

El Ministerio ha negado también que Cubanacán esté siendo sometida a una auditoría general o que las decisiones adoptadas respondan a los resultados de un examen especial de las finanzas de la compañía. "Realmente, Cubanacán, como las demás empresas cubanas, está sujeta a un control permanente con el objetivo de lograr mayor calidad en su servicio, eficiencia y disciplina en el uso de sus recursos", añade la nota.

El comunicado recoge en tono triunfalista el incremento de turistas extranjeros a la isla durante 2003, una afluencia 14% superior a la registrada el pasado año. Datos en los que se basa el régimen castrista para denunciar de nuevo las noticas asociadas a Cuba, que "suelen ser utilizadas para desatar una irresponsable campaña mediática contra el creciente prestigio y los notables avances económicos y sociales del país".