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EL FUTURO DE EUROPA

Schröder y Berlusconi dan un no rotundo a España sobre el reparto de poder en la UE

El canciller federal alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder, y el primer ministro italiano, el populista de derecha Silvio Berlusconi, coinciden "exactamente" en sus posiciones sobre el reparto del poder en la futura Unión Europea y rechazan con contundencia las pretensiones del Gobierno de España.

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El canciller federal alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder, y el primer ministro italiano, el populista de derecha Silvio Berlusconi, coinciden "exactamente" en sus posiciones sobre el reparto del poder en la futura Unión Europea y rechazan con contundencia las pretensiones del Gobierno de España. Tras su reunión de ayer en la Cancillería alemana en Berlín, Schröder y Berlusconi no dejan el menor resquicio a las exigencias de España sobre la ponderación de los votos, aseguran que "no nos moveremos" y sostienen que prefieren no llegar a un acuerdo en la reunión del Consejo Europeo en Bruselas antes que lograr un compromiso que haga ingobernable la UE.

Schröder aseguró que Alemania no tampoco se moverá en el tema de la doble mayoría para la toma de decisiones en la UE: el 50% de los países y el 60% de la población. España y Polonia rechazan esta doble mayoría prevista en el proyecto de Constitución europea aprobado por la Convención y se aferran a la ponderación de votos acordada en la cumbre europea de Niza.

Hace cinco meses Schröder suspendió sus vacaciones en Italia y veranéo en su natal Hannover ante lo que consideró ofensas de Berlusconi y miembros de su Gobierno contra Alemania. Desde entonces ha corrido mucha agua por el Rin y el Tiber. El canciller destapó ayer en Berlín el tarro de las esencias para alabar la gestión de Berlusconi al frente de la UE: "Un trabajo extraordinariamente profesional y bueno del primer ministro italiano. Sin los esfuerzos de la presidencia italiana y la intensa actividad viajera y de entrevistas del primer ministro [Berlusconi] no se habrían producido los considerables progresos logrados".

No obstante, en un punto no se ha alcanzado un acuerdo: el reparto de votos en la futura UE de 25 miembros acordado en la Convención al que se oponen España y Polonia. Los dos interlocutores de ayer Berlín no albergan la menor duda al respecto. Schröder aseguró: "Estamos de acuerdo en que la Comisión tiene que formarse de tal modo que resulte políticamente manejable. Personalmente estoy muy contento de que la presidencia italiana en el tema del reparto de votos piensa exactamente lo mismo que Alemania, es decir que hay que mantener lo acordado en la Convención. Este es un problema en el que no nos moveremos". A su lado Berlusconi, con cara de pocos amigos, corroboró: "Me he alegrado mucho de que valoremos absolutamente igual esa situación. Es muy importante, y tratamos de conseguirlo, llegar a un tratado de Constitución que convierta a Europa en una Europa capaz de actuar y tomar decisiones. No estamos dispuesto a llegar a un acuerdo a cualquier precio, sino que queremos un buen tratado".

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Berlusconi declaró que, tras la entrevista de ayer con Schröder, su optimismo para lograr un compromiso en Bruselas ha crecido de un 50 a un 55%. Este optimismo, según Berlusconi, no se basa en concesiones, sino en que "la posición de Alemania coincide con la de la gran parte de los Estados con los que hemos mantenido conversaciones en los últimos meses". A la pregunta de si estaría dispuesto a hablar con el presidente de Gobierno de España José María Aznar "para arreglar algo", Schröder respondió: "Siempre estoy dispuesto a hablar con José María si esto puede ayudar. Estamos en diálogo permanente. Lo mismo tiene validez para los otros. El martes se celebra un encuentro con el presidente de Francia y en la noche del mismo día estará aquí el primer ministro de Finlandia. Naturalmente se tratarán las cuestiones europeas, pero yo creo que no cambiaremos lo que les he dicho. Esto respecto a Francia no es necesario, porque tenemos la misma opinión". En la enumeración de consultas de mañana martes olvidó Schröder mencionar al candidato a la presidencia de Gobierno del PP, Mariano Rajoy, que visita Berlín donde se entrevistará con la presidenta de la democracia cristiana (CDU) Angela Merkel y con el canciller federal alemán que ayer dio un portazo a las pretensiones de Aznar y su Gobierno.

Dos sistemas enfrentados

El Tratado de Niza, suscrito en diciembre de 2000, dibuja un reparto de votos en el Consejo de la UE según el cual España y Polonia tienen 27 cada uno, sólo dos menos que Alemania y Francia, y le resulta poco complicado lograr el apoyo de países medianos y pequeños para bloquear acuerdos de los grandes países (la llamada minoría de bloqueo será de 90 votos sobre un total de 345). Se trata del tradicional sistema de voto ponderado en la UE, por el que el peso de cada país no guarda una relación directa con la población.

Por el contrario, el proyecto constitucional prevé que las decisiones en el Consejo serán válidas cuando sean apoyadas por una mayoría de Estados (la mitad más uno) que representen al menos al 60% de la población. Es el sistema denominado de "doble mayoría", por el que el poder de cada país en el Consejo está en relación directa con su población. Así, Alemania (82 millones de habitantes) tiene el 17% de los votos, Francia el 13% y España el 8%. Por tanto, se dispara la diferencia entre España y los grandes y, a la vez, disminuyen las posibilidades españolas de bloqueo porque sus potenciales aliados, medianos y pequeños, ven reducido su peso a la mínima expresión por ser países con escasa población.

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