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VISITA DE ESTADO A LONDRES

Miles de personas se manifiestan en Londres contra la guerra de Irak y la visita de Bush

Los organizadores esperan reunir a 100.000 manifestantes en el corazón de la capital británica, cifra que la policía reduce a 30.000

Miles de personas han comenzado a arremolinarse a primera hora de esta tarde en las calles del Reino Unido, singularmente en las de Londres, para protestar contra la guerra de Irak con motivo de la visita de Estado que realiza estos días el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Los organizadores de la manifestación, que se extenderá hasta más allá de las siete de la tarde para dar tiempo a la gente a que salga de sus trabajos y participe en ella, han contado 200.000 personas en el centro de la capital británica, una cifra que la policía reduce a 100.000.

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Bush llegó a Londres después del anochecer del pasado lunes. Invitado por la reina Isabel II y recibido en el aeropuerto por el príncipe Carlos, ese día fue llevado directamente al palacio de Buckingham, donde se aloja durante toda la visita. Ayer vivió un día de pompa y circunstancia, con actos más ornamentales —pasar revista a la guardia de honor de la reina, por ejemplo— que políticos. Tuvo tiempo sin embargo para dar un discurso en el que defendió la guerra de Irak en aras de la paz y "la defensa de los valores democráticos", una "misión" de carácter "idealista" que dijo compartir con el Reino Unido.

Proteger a los manifestantes

Sin embargo, no se movió Bush en ningún momento del área acordonada y estrictamente vigilada por un contingente de fuerzas de seguridad sin parangón conocido en Londres. Aún así, cerca de 600 personas se concentraron ayer en Trafalgar Square, uno de los vértices de la zona de máxima seguridad junto con el palacio real y la abadía de Westminster. Pero el día grande de las protestas es hoy, precisamente el de mayor calado político a su vez del viaje de Bush.

Más de 5.000 policías vigilan el corazón de la capital británica, donde desde la dos de la tarde han empezado a reunirse los manifestantes, en un despliegue de seguridad que según el jefe de la policía londinense tiene como objeto proteger tanto a Bush como a los asistentes a la protesta, dado que "a los terroristas no les importa a quién vuelan en pedazos".

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"Propio de la democracia"

La marcha ha recorrido el corazón de Londres, para terminar atravesando el puente de Westminster, pasar junto al Parlamento y la abadía homónima, y subir hasta Trafalgar Square cruzando por delante de la residencia del primer ministro en Downing Street. Esta mañana, Bush ha visitado el templo religioso para visitar la tumba del soldado desconocido; el abad, Wesley Carr, ha afirmado tras la ceremonia que la opinión pública está dividida respecto a la intervención militar, para señalar que esto es "propio de la democracia". El presidente de Estados Unidos se ha reunido luego con familias de soldados británicos fallecidos en Irak, para luego dirigirse a Downing Street para analizar la marcha de la crisis internacional con el primer ministro, Tony Blair. Esta noche presidirá un banquete en la residencia del embajador estadounidense para agasajar a la reina.

El acto final de la protesta contra Bush ha sido el derribo de una estatua de cartón de cuerpo entero de Bush, un gesto paralelo al que simbolizó la caída del régimen de Sadam Husein en abril al tirar las tropas estadounidenses una efigie del ex presidente iraquí en Bagdad.

La marcha contra la guerra en Irak ha concluido con el derribo simbólico de una estatua de cartón de Bush en Trafalgar Square.
La marcha contra la guerra en Irak ha concluido con el derribo simbólico de una estatua de cartón de Bush en Trafalgar Square.AP
Una joven se manifiesta en Londres con una figura de cartón de Bush.
Una joven se manifiesta en Londres con una figura de cartón de Bush.AP
El primer ministro británico Tony Blair (izquierda) y su mujer Cherie reciben al presidente estadounidense George W. Bush (derecha) y su mujer Laura (segunda por la derecha).
El primer ministro británico Tony Blair (izquierda) y su mujer Cherie reciben al presidente estadounidense George W. Bush (derecha) y su mujer Laura (segunda por la derecha).REUTERS

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