La ONU retirará temporalmente a todo su personal de Bagdad
Naciones Unidas contaba hasta hoy con 30 funcionarios internacionales, que coordinaban la labor de unos 2.000 trabajadores iraquíes
Naciones Unidas acaba de anunciar que abandona Bagdad. Los apenas 30 funcionarios internacionales que todavía trabajaban para el organismo en la capital iraquí dejarán el país árabe temporalmente. El aumento de la inseguridad, que ayer provocó que Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras redujeran su personal, ha motivado la decisión.
"Hemos solicitado a nuestro personal en Bagdad que abandone la capital temporalmente para realizar unas consultas sobre la situación de nuestras operaciones en Irak", ha declarado un portavoz de la ONU en Ginebra. La medida no afecta al personal (entre 30 y 40) que trabaja en Erbil (norte de Irak), ha precisado el mismo funcionario. Dejando a un lado el personal extranjero, la ONU cuenta con 2.000 iraquíes que trabajan para la organización en Bagdad. El destino de éstos no se ha decidido todavía. El portavoz de Naciones Unidas no ha querido dar tampoco una fecha de retorno a Bagdad porque la "situación sobre el terreno es muy volátil".
Con toda seguridad, la medida será acogida con irritación y pesimismo por EE UU, que pese a que quiere vender una mejoría de la situación no ha logrado convencer con su mensaje de tranquilidad a los organismos internacionales, que huyen en espantanda de una situación creciente de inseguridad y caos. Tampoco ayuda nada a mejorar la situación el hecho de que la última resolución sobre Irak, aprobaba por unanimidad en el Consejo de Seguridad, margina a la ONU en las labores de reconstrucción y en el traspaso del poder a las autoridades iraquíes.
El pasado 19 de agosto, un coche bomba estalló junto al edifico de la sede oficial de la ONU en la capital iraquí. En la explosión murió el diplomático brasileño Sergio Vieira de Mello y más de 20 personas. Tras el atentado más grave sufrido por Naciones Unidas en toda su historia, el organismo internacional redujo su presencia a la mínima expresión. Además, muchos de los programas de ayuda a la reconstrucción que llevaba a cabo Naciones Unidas hasta esa fecha quedaron congelados.
A todo esto se añade que, ahora, con el abandono del personal especializado, la ayuda alimenticia y sanitaria recaerá totalmente en los empleados locales, que carecen de la experiencia y conocimientos de éstos.
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