Cruz Roja reducirá su personal internacional en Irak tras el atentado del lunes

La Cruz Roja reducirá su personal extranjero en Irak. El Comité Internacional del organismo, con sede en Ginebra, ha tomado hoy esta decisión, sin dar cifras, como respuesta al atentado que el lunes acabó con la vida de nueve personas en su delegación de la capital iraquí. Cruz Roja se une así a Naciones Unidas, que también redujo a la mínima expresión su personal foráneo tras el atentado que el 16 de agosto acabó con la vida de 24 personas.

No obstante, la organización humanitaria insiste en que seguirá con su labor en el país, que sólo su personal no iraquí, unas 30 personas en este momento, se verá afectado por la reducción, según ha declarado el director de operaciones del CICR, Pierre Krahenbühl, que no ha cifrado la reducción. Por tanto, los 600 iraquíes que trabajan para Cruz Roja en el país seguirán haciéndolo.

Después del atentado de Bagdad, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, instó al CICR a no abandonar Irak para evitar una victoria de los "terroristas". Sin embargo, "no tenemos otra opción que la de adaptar la manera en la que trabajamos en Irak", ha declarado Krahenbühl, precisando que "el CICR no se retira de Irak". "Reduciremos el número de nuestros empleados yreforzaremos las medidas de seguridad para el personal que permanezca en el lugar".

En el momento de la caída de Sadam Husein la organización tenía trabajando en Irak alrededor de 100 extranjeros, aunque ya redujo este contingente en julio, tras el asesinato de uno de sus técnicos, y en agosto, tras el ataque a la sede de Naciones Unidas. En este momento, tan sólo una treintena permanecen en el país.

Cruz Roja está presente en Irak desde 1980, haciendo frente en este periodo a tres guerras. Su labor humanitaria se centra en la distribución de medicamentos, la visita a prisioneros y el mantenimiento de los suministros de agua.