Detenidas dos personas relacionadas con la muerte del agente secreto español en Bagdad
El ministerio de Defensa ha negado la información, e investigadores españoles en Irak precisan que los detenidos no son los autores materiales de crimen
La policía iraquí ha detenido hoy a dos hombres en relación con el asesinato de José Antonio Bernal, el agente de los servicios secretos españoles tiroteado el pasado 9 de octubre en Bagdad. Los sospechosos están siendo interrogados a estas horas por agentes iraquíes y por dos investigadores españoles, según fuentes policiales. Sin embargo, el ministerio de Defensa ha desmentido la noticia poco después, según la Cadena Ser.
La policía iraquí tenía identificados ayer a dos de los presuntos asesinos y confiaba en detenerlos en breve; los investigadores iraquíes sostienen la hipótesis de que los autores del crimen fueron tres, y no cuatro, como se informó en un principio. Los retratos-robot de los dos sospechosos identificados, realizados a partir del testimonio de los testigos, muestran a hombres jóvenes, en la treintena y de rasgos iraquíes; uno lleva bigote, barba recortada y un turbante, mientras que el otro tiene la cara afeitada.
Dudas de los españoles
Pese a conocer la identidad de los dos sospechosos, la policía decidió no detenerlos y someterlos a vigilancia a la espera de que les condujera al tercer hombre. Además de los dos agentes españoles, enviados por el CNI, en breve se unirá a la investigación un equipo de expertos de los servicios secretos españoles; además, el Ejército estadounidense tiene abierto otro proceso, del que no se conoce nada hasta el momento.
Los investigadores españoles que han participado hoy en los interrogatorios creen que los detenidos no son los autores materiales del asesinato, pese a que así lo ha afirmado la policía iraquí. Fuentes diplomáticas han afirmado que la policía iraquí tiene prisa por ofrecer resultados, y ha puesto en duda que en tan sólo siete días de trabajo se haya logrado capturar a los culpables.
Un sospechoso vestido de clérigo
Bernal era un funcionario español adscrito al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), y ejercía funciones de segundo agregado de Información en la Embajada en Bagdad. Fue asesinado en la puerta de su vivienda, en la calle 14 Ramadán de la capital iraquí; un hombre vestido de clérigo chií llamó a su puerta, Bernal la abrió y, tras intercambiar unas palabras con él, echó a correr; cuando tropezó, varios pistoleros que aguardaban fuera le tirotearon.
Uno de los detenidos hoy llevaba en el momento de ser capturado los vestidos propios de un clérigo chií, como uno de los implicados según los testigos en el crimen. Según fuentes policiales, uno de los retratos-robot fue reconocido por un policía de los que suele custodiar la embajada, que identificó al hombre como uno que solía visitar la sede diplomática.
Un misterioso grupo
Pese a que la policía no ha aventurado ninguna hipótesis sobre el móvil del asesinato, una fuente ha informado a EL PAÍS de que el grupo involucrado en el crimen está compuesto por seis personas, dos de ellos hermanos, que viven en Ciudad Sadr, un barrio misérrimo de Bagdad habitado por más de un millón de personas, la mayoría chiíes.
Según esta fuente, los implicados están relacionadas con el Ejército del Mahdi, la milicia armada del imán radical Murtada al Sadr, que ha pedido la salida de las tropas ocupantes y la disolución del Consejo Provisional de Gobierno nombrado por EE UU. La policía no ha querido tampoco valorar la credibilidad del supuesto comunicado de un desconocido grupo chií, llamado Brigadas del Mártir del Mihrab, que el pasado martes se atribuyó el atentado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.