Continúan los combates en Liberia pese al alto el fuego decretado ayer por los rebeldes
El Progama Mundial de Alimentos considera que "esta crisis se está convirtiendo en una catástrofe humanitaria"
Los combates en la capital del Liberia, Monrovia, continúan hoy pese a que ayer los líderes del grupo rebelde Liberianos Unidos para la Reconciliación y la Democracia habían pedido supuestamente a sus fuerzas que depusieran las armas. Los integristas no están dispuestos a retirarse de las posiciones alcanzadas cuando se firmó el alto el fuego hace un mes, como pretende el Gobierno.
El director del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU para Liberia, Justin Bagirishya, dijo ayer que "esta crisis se está convirtiendo rápidamente en una catástrofe humanitaria". Señaló que la organización tiene alimentos almacenados en la capital pero destacó que podría ser altamente peligroso intentar repartirlos.
El PMA calcula que 300.000 las personas han huido de sus hogares y se alojan, como pueden, en recintos públicos, como el estadio nacional o el aeropuerto, o en las calles de los barrios más alejados de los combates.
Proyectiles de mortero en el centro de Monrovia
Al igual que durante los últimos tres días, proyectiles de mortero, atribuidos por el Gobierno a los rebeldes, alcanzaron el centro de la ciudad, sin que se disponga de cifras sobre nuevas víctimas.
El ministro de Defensa, Daniel Chea, calificó de "broma" el alto el fuego que anunció anoche el LURD ya que "siguen atacando nuestras posiciones". El Gobierno del asediado presidente Charles Taylor pretende que los rebeldes no sólo detengan su ofensiva, como les ha instado Estados Unidos, sino que se replieguen a las posiciones, fuera de la capital, que tenían el pasado 17 de junio, cuando se firmó en Accra, Ghana, un acuerdo de alto el fuego.
Chea afirmó ayer que al menos 700 personas han muerto desde que el LURD lanzara el viernes pasado su última ofensiva. El grupo rebelde ha tomado nuevamente la estratégica zona portuaria, al igual que hizo el mes pasado. Y, puesto que los rebeldes tienen cercada la ciudad, que está construida sobre una península, su presencia en el puerto impide la llegada de combustible, alimentos. Chea ha reconocido implícitamente que hay escasez de municiones entre las fuerzas leales.
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