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GUERRA EN IRAK | El frente norte

La llegada de las tropas americanas no pone freno al caos en Mosul

Los soldados de la coalición esperan la orden para tomar Tikrit

La llegada de los soldados estadounidenses no ha sido de momento suficiente para aplacar la anarquía que se apoderó ayer de Mosul una vez desplomado el régimen y rendido el Ejército iraquí. Durante los actos de pillaje y saqueo de esta madrugada, cometidos con la connivencia de las tropas americanas, se han producido enfrentamientos entre kurdos y árabes que se han saldado con al menos 20 muertos y 200 heridos. Los enfrentamientos, al parecer, se desencadenaron cuando los peshmergas (combatientes kurdos), intentaron poner freno al desorden en la tercera ciudad más importante de Irak.

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Los soldados americanos han comenzado a desplegarse por los puntos estratégicos de la ciudad, asegurando los cruces de calles y carreteras y estableciendo controles. Además, fuentes citadas por la agencia Reuters aseguran que los soldados estadounidenses se dirigían al aeropuerto de la ciudad para hacerse con sus control. Vehículos todo terreno, camiones y tanques han ocupado posiciones en la ciudad. Según lo acordado entre Turquía y EE UU, los peshmerga cederían el control de Mosul y la otra gran ciudad del norte, Kirkuk, tan pronto como llegaran los soldados de la coalición.

En Kirkuk, rendida el jueves, la situación tiende a la calma, según ha declarado un líder de la Unión Patriótica del Kusdistán (UPK), el general Mam Rostam, que ha añadido que la milicia kurda está empezando a abandonar la ciudad. "La situación está bajo control. Esta noche fue mucho más tranquila" que la anterior, ha indicado Rostam, para añadir que las fuerzas estadounidenses en la ciudad son "más que suficientes" para garantizar su seguridad. Sin embargo, se veían pocas tropas estadounidenses.

Para atajar esta situación, EE UU y la Cruz Roja acordaron ayer la creación de un comité para restablecer el orden en las ciudades iraquíes, que se han convertido en paraíso de saqueadores desde la caída del régimen el miércoles. Entre sus primeras tareas se encuentra restablecer los servicios de electricidad, agua, teléfono y televisión. Además, EE UU ha anunciado hoy que en breve enviará a Irak un contingente de unos 1.200 policías y agentes judiciales para colaborar en el control de los saqueos y en la restauración del orden en el país.

Mientras tanto, sigue la anarquía en Bagdad cuando se cumple el cuarto día de su supuesta liberación, En los hospitales, los enfermeros vestidos con batas azules van armados con Kaláshnikov. El enviado de EL PAIS Francisco Peregil ha visto a la gente llevándose el material médico de los hospitales y decenas de automóviles quemados por las calles ante la pasividad de los marines. Y, según relata la enviada especial Ángeles Espinosa, los vecinos imploran una policía internacional para recuperar sus vidas. Sin embargo, el Pentágono ha restado le importancia y ha señalado que es una "reacción natural" tras décadas de represión.

Asedio a la cuna de Sadam

A pesar de que el Ejército iraquí se ha evaporado en todo el país, y con él la autoridad, los generales estadounidenses aseguran que han llegado refuerzos militares para convertir la ciudad natal del dictador, Tikrit, en el último bastión de la resistencia. El temor de EE UU se centra en la lealtad de los habitantes de la ciudad, situada 175 kilómetros al norte de Bagdad. No en vano, el régimen ha beneficiado durante hace años a los miembros de la tribu Albu Nasir, situándolos en los puestos clave de la Administración, de los servicios secretos y del Ejército.

Sin embargo, los datos aportados por un avión espía de reconocimiento Predator indican que los combatientes leales a Sadam Husein pueden haber abandonado sus posiciones, según publica el diario The Washington Post, que cita fuentes militares. El vídeo captado por el aparato sobre la ciudad suní no muestra movimiento de tropas ni cualquier otro indicio de que se pueda estar preparando una operación defensiva. Lejos de eso, las imágenes recuerdan los saqueos en las calles que ya se produjeron en otras ciudades del país aprovechando el vacío de poder dejado por la caída del régimen de Sadam Husein.

Varios <i>marines</i> observan cómo una columna de iraquíes huye a pie de la anarquía de Bagdad.
Varios marines observan cómo una columna de iraquíes huye a pie de la anarquía de Bagdad.AFP

Búsqueda desesperada de armas de destrucción masiva

Londres y Washington han creado, sin la intervención de Naciones Unidas, un equipo secreto de inspectores de armamento para buscar armas de destrucción masiva en Irak, según publica hoy The Guardian. El diario interpreta estos esfuerzos como una señal de la "desesperación" con la que Estados Unidos y Reino Unido intentan justificar la guerra en Irak, tarea que ha merecido ya tres inspecciones secretas en las últimas dos semanas.

Estas inspecciones, dice 'The Guardian', pueden "enfurecer" a la ONU, ya que, como recordó su secretario general, Kofi Annan, este organismo es el único con capacidad para legitimar este tipo de actividades. El jefe de los inspectores de desarme de la ONU, Hans Blix, indicó por su parte que ambos países "fabricaron" pruebas para emprender una guerra ya decidida desde hace meses.

Y, sobre la suerte que haya podido correr Sadam Husein, por primera vez desde que comenzó la guerra la inteligencia estadounidense ha interceptado llamadas telefónicas en las que miembros del régimen hablan de la muerte del dictador, según indica la cadena CBS. Este hecho, según la cadena, no prueba que haya muerto, ya que no hacen alusiones concretas del momento ni el lugar en el que se haya podido producir su muerte.

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