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AMENAZA DE GUERRA | El debate en la ONU

EE UU dice ahora que la resolución que autoriza la guerra admite cambios

El portavoz de la Casa Blanca asegura que "nada está escrito en marmol".- Londres propone modificar el texto de la propuesta para dar un tiempo limitado a los inspectores

La oposición de Francia, Rusia y Alemania a la segunda resolución que propone Washington para dar vía libre a la guerra contra Irak ha obligado a la Casa Blanca a frenar sus ansias belicistas. Según su portavoz, Ari Fleischer, "nada está escrito en marmol" y EE UU "prosigue sus negociaciones" con los otros miembros del Consejo de Seguridad.

Para ser adoptado, el proyecto de resolución debe obtener al menos nueve votos sobre un total de quince y ninguno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia) deben oponerse presentando su veto, algo con lo que París y Moscú amenazaron ayer.

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También Reino Unido, fiel aliado de Estados Unidos en su decisión de ir a la guerra, está trabajando en una enmienda al texto de la resolución que supondría dar más tiempo a los inspectores pero que tampoco excluye el uso final de la fuerza, según ha informado la BBC. Gran Bretaña planea introducir cambios en el borrador de resolución, estableciendo días y no semanas para que Sadam Husein demuestre su "total cooperación con el desarme". Caso contrario comenzaría la intervención militar.

El fin de esta enmienda sería el de convencer a los miembros indecisos del Consejo de Seguridad de la ONU -Guinea, México, Pakistán, Camerún, Chile y Angola- de la necesidad de una acción militar contra el régimen de Bagdad, según fuentes diplomáticas consultadas por Reuters. El ministro de Asuntos Exteriores británico, Jack Straw, se ha desplazado hoy a la sede de Naciones Unidas, donde ha confirmado la "disposición" de su país para "mejorar" la segunda resolución.

España participa en la modificación

Aunque ningún miembro del Gobierno de Aznar se ha pronunciado públicamente sobre la modificación del proyecto de resolución, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, tiene previsto entrevistarse esta madrugada (hora española) en Nueva York con Colin Powell para debatir acerca de la segunda resolución sobre Irak y las posibilidades de enmendarla, según fuentes diplomáticas.

Las mismas fuentes han asegurado que el Gobierno español estuvo ayer participando en la redacción de la nueva enmienda. "Es una enmienda que va a favor de la declaración de París -en referencia a las manifestaciones realizadas estos días por Francia- de imponer plazos de cumplimiento a los iraquíes y que tendría más posibilidades de lograr el respaldo de los países miembros del Consejo que todavía están indecisos".

"No es mi responsabilidad"

Un día antes de que exponga ante el Consejo de Seguridad el esperado segundo informe sobre el desarme de Irak, el jefe de los inspectores, Hans Blix, ha asegurado en Estocolmo que no depende de él "que se dé luz verde a una guerra".

En una entrevista concedida a la agencia sueca TT, el diplomático de Naciones Unidas ha querido quitarse responsabilidades de encima que, en su opinión, le son ajenas: "La gente espera mucho de mi para dar la luz verde o roja a un ataque. Pero es el Consejo de Seguridad el que toma la decisión última", ha aclarado. No obstante, ha añadido que "es obvio que sería un fracaso para toda la comunidad internacional si el desarme, verificado por las inspecciones, falla. Sería algo lamentable".

En cuanto a la destrucción del armamento prohibido por la ONU, Blix ha dicho que "la destrucción de los misiles sigue su curso y que los iraquíes han tomado la iniciativa para aclarar algunas preguntas". Por el momento, el régimen iraquí ha destruido 28 de los 100 misiles Al Samud 2, cuyo alcance excede el permitido por Naciones Unidas pero Washington insiste en que Sadam Husein esconde la maquinaria y la tecnología que se emplea para fabricar armas de destrucción masiva. Las autoridades iraquíes, según Blix, "están increiblemente deseosas de persuadirnos de que ya se han desprendido de todo el ántrax y el gas VX, pero eso es más difícil para ellos."

La turbia relación entre Thatcher y Sadam

La maniobra del Reino Unido para modificar su propuesta ante la ONU rivaliza en los medios británicos con la noticia de que el Gobierno de Margaret Thatcher financió una planta química en Irak que podía ser usada para fabricar gas nervioso. Según publica hoy The Guardian, Estados Unidos considera que dicha planta es una de las que debe ser destruida porque forma parte del arsenal de Sadam.

El diario británico afirma haber encontrado documentos en los que se demuestra que el Gobierno conservador financió en 1985 a la empresa alemana Uhde Ltd, para construir una planta de cloro, pese a conocer de ante mano que ésta podría fabricar gas nervioso y gas mostaza.

El periódico indica que los propios ministros británicos sabían que Sadam estaba utilizando armas químicas contra Irán y por lo tanto utilizarían la planta para el desarrollo de estas armas. La mencionada planta le costó a Gran Bretaña 21 millones de euros y el diario constata que Paul Channon, Secretario de Comercio de aquella época, escondió la existencia de las instalaciones al Gobierno estadounidense que por aquel entonces ya presionaba para controlar este tipo de operaciones.

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