Sadam Husein acusa a los inspectores de la ONU de trabajar para los servicios de espionaje
La Casa Blanca ultima el plan para derrocar al mandatario, que contempla una importante presencia militar al menos durante año y medio
El presidente iraquí, Sadam Husein, ha acusado esta mañana, durante un discurso emitido por radio, televión e Internet con ocasión del 82 aniversario de la creación de las Fuerzas Armadas iraquíes, a los inspectores de desarme de la ONU de llevar a cabo un "trabajo para los servicios de información" al "compilar una lista de científicos iraquíes, realizar interrogatorios indebidos y recabar información sobre campamentos militares y armas legitimas". Se trata de la primera vez que el mandatario acusa de espionaje a los inspectores desde su regreso a Irak en noviembre, cuatro años después de que sus predecesores abandonaran este país precisamente bajo la misma acusación.
Además, Husein ha señalado que el objetivo de EE UU no es Irak sino "ocupar el Golfo árabe, una ocupación efectiva y total para realizar sus propósitos, que le garantizarían el control de esta región y de sus recursos, así como su división, un sueño que acaricia desde los años 70". El mandatario ha prometido a su pueblo que su país saldrá "victorioso" de una eventual confrontación "a pesar de los ruidos, las fanfarronadas y la histeria del enemigo".
Mientras, la Casa Blanca ultima los planes para administrar una democracia en Irak tras derrocarle, que contemplan una importante presencia militar estadounidense al menos durante año y medio, según informa el diario The New York Times, que cita a oficiales de Seguridad estadounidenses. De momento, el presidente, George W. Bush, rechaza la idea de crear un Gobierno provisional antes de una invasión.
El plan de democratización, que los funcionarios estadounidenses desarrollan desde hace varios meses, sería el esfuerzo más ambicioso de EE UU para administrar un país desde las ocupaciones de Japón y Alemania tras el fin de la II Guerra Mundial. Contempla que un administrador civil, posiblemente designado por la ONU, lleve las riendas de la economía del país, la reconstrucción de las escuelas e instituciones políticas y los programas de ayuda y plantea juicios militares sólo para los altos mandos, mientras que podría ofrecerse indulgencia a los burócratas que ayuden a acabar con el régimen.
Ocupación de los campos petroleros
Además, los campos petroleros del país serían tomados rápidamente para hacer frente al coste de la reconstrucción. Pero el Gobierno de Bush aún debate cómo proteger los campos petroleros durante un conflicto bélico y cómo un Irak ocupado podría estar representado en la Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP). En todo caso, el Ejército estadounidense se encuentra en el camino de reunir más de 100.000 hombres de sus Fuerzas terrestres ante una eventual invasión de Irak, según informa hoy otro diario, The Washington Post. Las Fuerzas estadounidenses han avanzado notablemente desde la anterior Guerra del Golfo, de 1991, en materia de tecnología, artillería, movilidad y supremacía aérea, según las mismas fuentes; pero el Pentágono también quiere conseguir supremacía numérica.
Así, una fuerza estadounidense de invasión de 100.000 hombres equivaldría al de la guardia republicana iraquí (80.000 soldados) y la guardia republicana de Husein, que cuenta con cerca de 15.000 hombres. El Ejército regular iraquí cuenta con más de 300.000 soldados, según el rotativo. El despliegue estadounidense en el Golfo se acelera según se acerca el 27 de enero, fecha límite para que los inspectores de desarme entreguen al Consejo de Seguridad el primer informe sobre Irak.
La CIA, infiltrada en Irak
Unos 100 miembros de las Fuerzas Especiales estadounidenses y más de 50 de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en sus siglas en inglés) están infiltrados en Irak y operan en la zona en pequeños grupos desde hace al menos cuatro meses, según asegura el diario The Boston Globe, que citó a funcionarios de inteligencia y analistas militares.El diario añade que los equipos buscan lanzadores iraquíes de misiles Scud, observan los campos de petróleo y marcan los campos minados. Asimismo, utilizan indicadores láser para guiar hacia sus objetivos a los pilotos que patrullan las zonas de exclusión aérea en el norte y sur de Irak.
Las operaciones, que también incluyen a pequeños grupos de comandos jordanos, británicos y australianos, son consideradas parte de la fase previa a la guerra contra Irak. Los portavoces de la CIA y del Ejército se han negado a comentar este informe.
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