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LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

Detenidos en Filipinas a cinco miembros de Abu Sayyaf por la oleada de atentados

Máxima alerta en Manila por temor a nuevos atentados

La Policía filipina ha detenido a cinco supuestos miembros de Abu Sayyaf por su implicación en la oleada de atentados de la semana pasada, mientras que Manila se mantiene en alerta ante la amenaza de nuevos ataques. Los sospechosos han sido capturados esta noche en un apartamento de la sureña ciudad de Zamboanga (Mindanao), gracias a las descripciones proporcionadas a la Policía por varios testigos, y posteriormente han sido trasladados a una base militar de la capital.

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La presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, que ha presentado hoy a los detenidos ante los medios de comunicación en Manila, ha señalado que preparaban nuevos ataques terroristas cuando la Policía llevó a cabo la redada que ha permitido su arresto. "Fueron detenidos literalmente en el acto, cuando preparaban el siguiente atentado", ha asegurado la mandataria.

Según la Policía, los sospechosos, de entre 18 y 27 años, pertenecen a la guerrilla islámica Abu Sayyaf y han reconocido estar implicados en los ataques que se produjeron en el sur de Filipinas la semana pasada. El jueves, dos artefactos estallaron simultáneamente en el distrito comercial de Zamboanga (890 kilómetros al sur de Manila) y causaron siete muertos y 150 heridos. Tres días más tarde, la explosión de otra bomba frente a la iglesia Fuerte del Pilar, también en Zamboanga, mató a un soldado filipino e hirió a 17 personas. Además, las autoridades creen que también podrían haber perpetrado el atentado de principios de este mes contra un bar de esa ciudad, en el que fallecieron un soldado de EE UU y dos filipinos.

El material incautado

En el apartamento de los detenidos, la Policía se ha incautado de dos pistolas de calibre 45, abundante munición, dos teléfonos móviles, un mapa de la ciudad, un cóctel incendiario y diverso material para fabricar explosivos. Los cinco sospechosos se encuentran ahora en la base aérea de Villamor, a las afueras de la capital filipina, donde están siendo interrogados.

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Por otra parte, las autoridades intentan averiguar si los arrestados están también detrás del atentado del viernes en Manila, cuando una bomba de fabricación casera estalló en un autobús y causó la muerte a tres personas e hirió a otras 20. A pesar de las detenciones, las autoridades se mantienen en máxima alerta y han prevenido de que las áreas públicas más frecuentadas de la capital pueden ser objetivos de ataques terroristas.

El presidente de la oficina gubernamental para el Desarrollo de Manila Metropolitana (MMDA), Bayani Fernando, ha manifestado hoy que han establecido "nuevas medidas de seguridad y controles exhaustivos en los lugares públicos, como hoteles y centros comerciales, además de toque de queda para los menores en algunas zonas de Manila". Tras los últimos ataques en Filipinas, algunos gobiernos, como el de Australia, recomendaron a sus ciudadanos que no viajaran al archipiélago, mientras que el de España y el resto de los países de la Unión Europea (UE), excepto el Reino Unido, han aconsejado prudencia. El Gobierno británico ha ido más allá y ha incrementado la alerta y la seguridad en sus instituciones.

Macapagal Arroyo, durante la rueda de prensa, con los detenidos al fondo.
Macapagal Arroyo, durante la rueda de prensa, con los detenidos al fondo.AP

Buscan a tres indonesios por el ataque de Bali

La Policía de Indonesia ha informado hoy de que busca a tres ciudadanos de este país en relación con el coche bomba que estalló el día 12 en una discoteca de Bali y causó la muerte a más de 180 personas, en su mayoría extranjeros.

El jefe del equipo indonesio de investigadores, Made Pastika, ha señalado en Bali que los tres son claves para esclarecer el atentado y que se ha distribuido una circular interna con sus retratos robot por todas las comisarías. De momento, no son oficialmente sospechosos.

Seis países colaboran con Indonesia en las investigaciones de este atentado, considerado el acto terrorista más grave desde los ataques del 11-S. EE UU, Australia y Reino Unido han atribuido el atentado a Al Qaeda y creen que su autor material fue el grupo musulmán Yamaa Islamiya. El ulema Abu Bakar Bashir, supuesto jefe de esta red, se encuentra hospitalizado desde el viernes. La Policía está a la espera de que su salud mejore para tomarle declaración.

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