EE UU asegura que Irak compra material para fabricar armas nucleares
Bush inicia una campaña para recabar apoyos ante un eventual ataque
EE UU sigue acumulando pruebas para justificar una nueva ofensiva militar a gran escala contra el régimen iraquí de Sadam Husein. Ahora, el vicepresidente Dick Cheney ha afirmado, en declaraciones a la cadena de televisión NBC, que Washington interceptó equipamientos con destino a Irak que habrían podido servir para fabricar armas nucleares. En todo caso, Cheney no ha concretado cuando se produjo ese hecho.
"Irak intenta ahora adquirir los equipos necesarios para enriquecer el uranio destinado a un arma atómica y nostros hemos interceptado un cargamento", ha asegurado Cheney, añadiendo que "no se puede ignorar por más tiempo esta amenaza".
Por su parte, la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, ha indicado, en declaraciones a la cadena de televisión CNN, que Irak recibe cargamentos que contienen "instrumentos de aluminio de alta calidad utilizado sólo en programas de armamento nuclear".
Ofensiva diplomática
A pesar de las advertencias lanzadas por Bush sobre una acción unilateral sobre Irak, el Gobierno de Estados Unidos inicia hoy y continuará durante la próxima semana, una ofensiva política y diplomática para recoger apoyos de sus ante una intervención militar. Pero la administración Bush también ha comenzado hoy una especie de campaña pública en su propia casa, para buscar una inexistente cohesión interna, tanto dentro del Congreso como entre la población en general, sobre una acción unilateral, tanto dentro del Congreso como entre la población en general.
En este sentido, Bush ha movilizado a los pesos pesados de su Gobierno -el vicepresidente Richard Cheney, los secretarios de Defensa, Donald Rumsfeld, y de Estado, Colin Powell, la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, así como líderes del Congreso- para preparar a la opinión pública para una posible segunda guerra en el Golfo Pérsico y convencer a los ciudadanos de la necesidad de eliminar la "seria amenaza iraquí". Así, las principales figuras del Gobierno de Bush despliegan hoy sus mejores dotes comunicativas en programas dominicales de televisión
Casi después de un año del 11-S, Washington ha aumentado su lenguaje combativo contra Irak, pese a la falta de cohesión interna sobre una acción unilateral, tanto dentro del Congreso como entre la población en general. Ayer Bush repitió, al reunirse en Camp David con el primer ministro británico, Tony Blair, que Sadam Husein ha incumplido sus promesas "durante once largos años" y ha desafiado las resoluciones de Naciones Unidas sobre el desarme.
En este sentido, la semana que comienza será crucial para dar los próximos pasos en Irak: el presidente estadounidense planteará el próximo jueves ante la ONU la necesidad de una inspección sin límites en territorio iraquí y advertirá de que si el Consejo de Seguridad no da el beneplácito, él estará dispuesto a llevar a cabo en solitario un nuevo ataque similiar al de 1991.
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