El 'número dos' de la principal lista opositora de Colombia sale ileso de un atentado

Un pequeño artefacto de fabricación casera estalló ayer a pocos metros de Francisco Santos cuando entraba en una universidad de la localidad colombiana de Pereira, donde tenía previsto ofrecer una conferencia. Santos, número dos de la candidatura que encabeza el conservador Álvaro Uribe, resultó ileso. Un total de 23,9 millones de colombianos eligen mañana presidente entre 11 candidatos. Según las últimas encuestas, el favorito es Uribe, con un 51% de la intención de voto.

Una pequeña bomba, conocida popularmente como papa (patata) explosiva, fue lanzada por un presunto estudiante cuando Santos se acercaba al auditorio de la Universidad Tecnológica de Pereira, a 320 kilómetros al oeste de Bogotá, según relató el propio candidato.

"Estábamos entrando al auditorio de la universidad cuando se escuchó la explosión. La gente se asustó mucho y salió corriendo", explicó Santos, quien fue llevado de inmediato a su coche blindado por recomendación de sus guardaespaldas. "Estuve en el carro blindado durante unos 30 minutos, pero luego pudimos continuar con el acto", añadió.

Santos, que pertenece a la familia propietaria de El Tiempo, el principal diario colombiano, es el número dos y candidato a vicepresidente de la lista que encabeza el ex gobernador de Antioquia Álvaro Uribe, disidente liberal que lidera los sondeos de intención de voto en los comicios del domingo.

Según las más recientes encuestas, que le adjudican el 51% de los votos, Uribe podría proclamarse el domingo nuevo presidente del país para el periodo 2002-2006 sin necesidad de recurrir a la segunda vuelta, tal y como dictamina el sistema electoral colombiano en caso de que ningún candidato alcance la mayoría absoluta en la primera ronda.

En el segundo lugar, según los sondeos, quedaría el ex ministro del Interior Horacio Serpa, del opositor Partido Liberal, con el 26% de la intención de voto.

"Demócrata con autoridad"

Álvaro Uribe aseguró ayer que, en caso de ganar los comicios, mantendrá invariable la política de seguridad que ha convertido en su bandera desde que arrancó la campaña electoral. En un remedo de las medidas que años atrás puso en práctica en la provincia de Antioquia, Uribe contempla un plan para involucrar a un millón de civiles como colaboradores del Ejército en la lucha contra los grupos ilegales del país.

"No echaremos para atrás nuestra política de seguridad, así se venga el mundo encima", declaró Uribe en un debate televisivo con periodistas que le preguntaron sobre unas declaraciones de la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Mary Robinson, quien sugirió recientemente que el candidato es tolerante con los paramilitares de ultraderecha.

"Antes que preocuparme por críticas de algunos organismos me tengo que preocupar por que cese el derramamiento de sangre en Colombia", replicó Uribe. Y añadió: "La comunidad internacional tiene la garantía de que esta será una política totalmente trasparente en materia de derechos humanos".

El candidato aseguró ser un "demócrata con autoridad" y explicó que "si fuera paramilitar, estaría en el monte y no de candidato presidencial, porque me gusta la autenticidad". El aspirante subrayó que unas 35.000 personas son asesinadas y otras 3.500 secuestradas en Colombia cada año.

Más de 23,9 millones de colombianos forman el censo de electores que mañana domingo eligirán candidato entre un plantel de once candidatos, siete de ellos sin ninguna opción.