El peso argentino evita su desplome frente al dólar en la repertura de los bancos
En la primera jornada de la Bolsa tras el cierre, el Merval cae un 7,22%
Los bancos y el mercado cambiario reanudaron ayer sus operaciones en Argentina tras pasar cinco días clausurados por orden gubernamental. Al finalizar la primera jornada de apertura, el dolar se cotizaba en torno a 3,00 pesos, frente a los 3,30 del pasado 19 de abril, el última día de operaciones antes de la feria cambiaria y bancaria.
La reapertura de los bancos y las casas de cambio pone a prueba la política económica perfilada por el recién designado ministro de Economía, Roberto Lavagna, que ha decidido continuar en líneas generales el programa de su antecesor, lo que significa que el corralito sigue en vigor por ahora, una medida impopular que desde diciembre de 2001 retiene los fondos que los ahorradores tienen depositados en bancos del país.
De todas maneras, Lavagna, ha otorgado "prioridad absoluta", dentro de su gestión, a solucionar dicho problema. "La prioridad absoluta es el tratamiento que uno le va a dar a los depósitos reprogramados (congelados)" en los bancos, ha dicho Lavagna en una entrevista publicada por el diario financiero Ambito Financiero.
En este contexto, ha añadido que su objetivo inmediato, además, es normalizar la economía "para terminar" con los días festivos cambiarios y bancarios, que se registran en Argentina desde el año pasado. "Debemos instalar la idea de normalidad en la economía. No hay un país en el mundo que haya tenido tantos feriados bancarios y cambiarios", ha remarcado.
Los efectos de la 'ley tapón'
Pese a todo, los ahorradores no podrán recuperar su dinero ni en las ventanillas ni en los juzgados, puesto que el Parlamento aprobó el pasado jueves una 'ley tapón' para que los bancos sólo tengan que devolver el dinero con sentencia firme.
Hasta entonces, los argentinos podían rescatar sus ahorros con sólo presentar el recurso de amparo concedido por un juez. Con esta ley y con la decisión de mantener el corralito, el Gobierno de Eduardo Duhalde pretende mantener en pie el sistema bancario argentino, aunque Lavagna ya anunció el domingo tras tomar posesión de su cargo que los bancos deberán responsabilizarse de devolver los ahorros cuando llegue el momento.
El Merval cae un 7,22%
La Bolsa de Buenos Aires se desplomó ayer un 7,22% en su reapertura, tras una semana de cierre decretada por el Gobierno para evitar la fuga de capitales del país. Con esta caída, el Merval finalizó en los 389,37 puntos y entre las empresas más castigadas se encontraron las españolas con gran presencia en el país.
Las acciones líderes cayeron el 7,22% de media en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, tras una semana de inactividad a causa del festivo bancario y cambiario dispuesto por las autoridades. Con esta bajada, el índice Merval, en el que se agrupan las empresas líderes, quedó en 389,37 puntos. Las acciones más castigadas por el mercado fueron las de Repsol-YPF, que perdió el 9,83%, Pérez Companc (-9,40) y Telefónica de España (-9,09).
El índice General de la Bolsa se depreció el 4,71% (cerró en los 20.375,29 puntos), con 12 ascensos, 29 descensos y tres papeles sin cambios en su cotización. El volumen de negocios llegó a los 31,4 millones de pesos (10,4 millones de dólares).
Según declaraciones de una analista, la corriente vendedora se mantuvo durante toda la jornada y los precios tendieron a caer a causa de esta tendencia, que estuvo en sintonía con la leve depreciación del dólar estadounidense en el mercado cambiario. El billete verde cerró en torno a 3,00 pesos, frente a los 3,30 del pasado 19 de abril, el última día de operaciones antes de la feria cambiaria y bancaria.
20 millones al día
Según cálculos de expertos, la retirada de fondos bancarios desde el 1 de febrero hasta el 19 de abril por recursos judiciales alcanzó los 20 millones de dólares diarios (22,72 millones de euros), lo que puso al sistema financiero "a punto de explotar", como admitió Duhalde.
Además de decretar la reapertura de bancos y casas de cambio, Lavagna ha anunciado como una de sus primeras medidas la modificación de los índices de indexación de las deudas hipotecarias, así como el establecimiento de un sistema mixto de bonos del Estado y de fideicomiso de los bancos privados, que permitiría terminar con el corralito.
