La operación 'Libertad Duradera' cumple seis meses con Irak en el punto de mira
Estados Unidos intenta extender su influencia a otros países, prepara una campaña sobre Irak y se enfrenta a focos de resistencia afganos
Estados Unidos sigue extendiendo su campaña antiterrorista por otros países, prepara una posible intervención en Irak y se enfrenta al alzamiento de importantes focos de resistencia en Afganistán cuando se cumplen hoy seis meses del comienzo de la operación militar en Afganistán que derrocó al régimen talibán y debilitó la red Al Qaeda del millonario de origen saudí Osama Bin Laden.
"Con el cambio del régimen talibán quedó destruido un santuario estratégico muy importante, así como la infraestructura de Al Qaeda, sus comandos y su capacidad de control, destruyéndolos, capturándolos y provocando su dispersión", ha señalado Michael Vickers, del Centro de Evaluación Estratégica y Presupuestaria estadounidense.
Vickers, ex agente de la CIA, añadió que a partir de ahora es importante obtener la paz reconstruyendo Afganistán y vigilando a la red Al Qaeda, que tiene células en casi 60 países. La operación Libertad Duradera comenzó el pasado 7 de octubre y, dos meses después, cayó la sureña ciudad afgana de Kandahar, el último bastión de los talibán. Sus aliados de Al Qaeda, acusados de los atentados terrorista en Estados Unidos del pasado 11 de septiembre, se dispersaron.
¿Dónde está Bin Laden?
En cualquier caso, no parece haberse alcanzado el objetivo principal de EE UU al invadir Afganistán: destruir Al Qaeda y capturar o matar a su líder. Según una lista publicada recientemente por el diario The Washington Post, sólo nueve de los 27 supuestos líderes terroristas en Afganistán han sido capturados. Entre los detenidos se encuentra un lugarteniente clave de Bin Laden, Abu Zubaydah, capturado la semana pasada en Pakistán.
"Si piensan en el progreso que se ha hecho en seis meses ha sido bastante notable", señaló el pasado jueves la portavoz del Pentágono, Victoria Clarke, al comentar la campaña afgana. "Pero como siempre decimos, aún falta un largo camino, hay focos de resistencia de Al Qaeda y de los talibán. Afganistán todavía es un lugar muy peligroso", añadió Clarke.
Extender la campaña
Desde entonces, Estados Unidos ha extendido su campaña a Filipinas, Yemen y la república caucásica de Georgia, donde militares estadounidenses ayudan a los ejércitos locales a combatir con grupos rebeldes supuestamente vinculados a Al Qaeda.
Estados Unidos también vigila a otros países sin gobiernos funcionales, como Somalia, y el presidente estadounidense, George W. Bush, al referirse el pasado mes de enero a Irak, Irán y Corea del Norte como parte de un "eje del mal", abrió la puerta a la extensión de su campaña a Irak, donde pretende derrocar al régimen de su presidente, Sadam Husein.
"Como no hay ninguna señal de movilización [militar estadounidense], tenemos que asumir que no hay intenciones de atacar, digamos, en los próximos tres meses", ha indicado en este sentido Walter Russell Mead, del Consejo de Relaciones Exteriores.
Sin embargo, ha aclarado que en septiembre u octubre tal operación sería posible. Según diversos expertos, una operación contra Irak depende de la evolución del conflicto entre Israel y los palestinos, y las posiciones que asuman los países árabes al respecto.
De hecho, la situación en Oriente Próximo desplazó ayer el espinoso tema de Irak en la cumbre informal en Texas de Bush y del primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, que no han desvelado una de las principales incógnitas: si EE UU contará con apoyo británico en un eventual ataque, reclamado por el "ala dura" del Pentágono, pero una potencial fuente de problemas con el mundo árabe, las naciones europeas y gran parte de los políticos británicos.
Ambos líderes coindidieron en afirmar que el régimen iraquí es una "amenaza para el mundo" y que, en este sentido, "están abiertas todas las opciones". Además, Bush reiteró que uno de los objetivos de su Gobierno es "un cambio de régimen" en Irak, mientras que Blair señaló que el mundo estaría más tranquilo sin Sadam Husein.
Hoy mismo, el vicepresidente iraquí, Tarik Aziz, ha reiterado que su país no autorizará la entrada de inspectores de la ONU a pesar de las presiones internacionales. En su opinión, estos expertos "pueden espiar para Estados Unidos y Gran Bretaña", que "persiguen desde hace años el objetivo secreto de derrocar" al Gobierno.
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