Zimbabue decide hoy entre el autoritarismo o el cambio democrático

Los zimbabuos votan este fin de semana en unas controvertidas y cruciales elecciones que servirán para prolongar el poder absoluto del presidente, Robert Mugabe, desde hace 22 años o encauzar el cambio democrático que encarna su rival, Morgan Tsvangirai. Los colegios, a los que están convocados más de cinco millones y medio de electores, se han abierto a las 6.00 hora española. Los resultados de las terceras elecciones presidenciales que se celebran en el país desde su independencia de Gran Bretaña en 1980 no se conocerán hasta el próximo lunes.

Las largas colas y la lentitud han marrcado la jornada de votaciones. Precisamente la espera ha provocado incidentes en uno de los colegios de la capital, Harare, donde 12 personas han resultado heridas en enfrentamientos con la policía.Los incidentes se han producido entre unos 3.000 electores impacientes que llevaban varias horas haciendo cola frente a un colegio electoral en el barrio popular de Kuwadzana.

El Movimiento para el Cambio Democrático de Tsvangirai ha denunciado que el presidente Mugabe intenta deliberadamente frenar el proceso electoral para impedir el voto de los zimbabuos e impedir su salida del poder.

La intimidación, el fraude y la violencia que marcaron la campaña previa pueden desvirtuar el resultado de los comicios, que de ganar Mugabe conducirán a un mayor aislamiento internacional y al agravamiento de la crisis económica que sufre el país.

Según las cancillerías occidentales, los ataques a partidarios de la oposición, el acoso de Mugabe a sus propios simpatizantes para que acudan a las urnas y prácticas como la supresión del voto de los residentes en el extranjero -favorables a Tsvangirai-, no permiten asegurar que las elecciones vayan a ser "libres ni justas".

Al menos 33 personas han muerto desde principios de año a manos de milicias gubernamentales, en una campaña que también incluyó apaleamientos y la supresión en el censo de los nombres de miles de opositores, con el objetivo de crear el terror y el desánimo entre una población cuya primera preocupación es la mera subsistencia.

Medio millón de hambrientos

Ajenos por completo a la contienda, miles de desheredados hacían cola ayer en Harare ante los puntos del reparto de la comida subvencionada con que las agencias humanitarias tratan de paliar la carencia de suministros en un país que llegó a ser conocido como el granero de Africa.

El Programa Mundial de la Alimentación cifra en más de medio millón el numero de zimbabuos que están a las puertas de una hambruna que se atribuye a la corrupción y mala gestión del Gobierno, cuyo programa de expropiación y reparto de las granjas de los blancos sólo ha beneficiado a los dignatarios del régimen.

La situación más grave se registra precisamente en las zonas rurales, feudos de la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabue (ZANU) y donde Mugabe ha redoblado por todos los medios la presión para que la gente acuda a votar y contrarrestar la pujanza urbana del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC) de Tsvangirai.

El líder de la oposición ha advertido a sus partidarios de que estén preparados "para cualquier escenario, incluido el que nos roben el triunfo", pero la incógnita se centra en la reacción del presidente ante la posibilidad, altamente improbable, de que los resultados oficiales le sitúen como perdedor.

Amenazas desmentidas

Dirigentes de la ZANU han esgrimido amenazas, luego desmentidas, de un posible golpe de Estado, lo que acentuaría el aislamiento del régimen en la medida en que colocaría en una difícil situación a los vecinos de Zimbabue, que hasta el momento se han resistido a sumarse al cerco diplomático decretado por la UE contra Mugabe.

Pese al boicot y las sanciones decididas por la UE tras la negativa del gobierno a acreditar al jefe de la misión de observación europea, el sueco Pierre Schori, los principales países de Africa Austral, polo de desarrollo del continente, continúan dando un margen de confianza al proceso electoral zimbabuo.

Sudáfrica, la potencia racial, y Namibia, uno de los países mas prósperos del área, cuentan también con minorías blancas y la mayoría de sus poblaciones ve con buenos ojos la expropiación de tierra realizada en Zimbabue por Mugabe, que ha convertido el enfrentamiento racial en su caballo de batalla.

Esa situación ha obligado a los presidentes sudafricano, Thabo Mbeki, y namibio, Sam Nujoma, a intentar mantener una posición de equidistancia ante lo que los africanos de la región contemplan como una simple disputa entre "negros y blancos".