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ORIENTE PRÓXIMO

Bush y Mubarak buscan la forma de frenar la ola de violencia

La reunión se produce un día después de que el presidente egipcio anunciara que había pedido a israelíes y palestinos que celebren una cumbre en suelo egipcio

En un ambiente cada vez más complicado por el continuo derramamiento de sangre, los presidentes de EEUU, George W. Bush, y de Egipto, Hosni Mubarak, intentan hoy buscar formas de frenar la creciente espiral de violencia entre israelíes y palestinos.

La cumbre de la Liga Arabe en Beirut el 27 y 28 de marzo, en la que podría estudiarse la iniciativa saudí de que el mundo árabe normalice sus relaciones con Israel si este país vuelve a sus fronteras de 1967 (es decir, se retira de Cisjordania, Gaza y parte de Jerusalén), será otro de los asuntos que se discutan.

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La reunión entre Bush y Mubarak, acordada con poco más de una semana de antelación, se produce un día después de que el presidente egipcio anunciara que había pedido al primer ministro de Israel, Ariel Sharón, y al líder palestino, Yaser Arafat, que celebren una cumbre en suelo egipcio.

Mubarak, quien ha anunciado su idea en una entrevista con la cadena estadounidense CNN, ha dicho que "no esperaba resolver todos los problemas en un minuto", sino tratar de "cambiar la atmósfera" de las relaciones entre israelíes y palestinos.

Entrevistas con Powell y Cheney

El presidente egipcio presentó su idea el lunes en sus entrevistas con el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, y el vicepresidente Dick Cheney, pero el Gobierno de Washington no ha emitido por ahora una reacción especial a la idea de Mubarak.

"Agradecemos la propuesta de Mubarak y esperamos que haya más participación de Egipto y otros países árabes", ha señalado el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Sean McCormick, con una terminología muy prudente.

Al contrario, tras una de las peores jornadas de violencia con 21 palestinos muertos, sin contar las posibles víctimas de los bombardeos israelíes con aviones, helicópteros y barcos de la noche del lunes, EEUU ha vuelto a cargar la responsabilidad sobre Arafat.

Bush "condena la reciente violencia que ha tenido lugar y sigue creyendo que Arafat tiene el poder para hacer más para detener la violencia", afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, quien no hizo mención a la iniciativa de su aliado egipcio.

"Nada que tratar"

La idea de la cumbre ha sido rechazada por un portavoz de la embajada israelí en Washington, que insistió en que Israel no tiene nada que tratar con Arafat, sino que éste debe frenar la violencia antes de que se pueda volver a la mesa de negociaciones.

Sharón no se ha reunido con Arafat desde que llegó a la jefatura del Gobierno de Israel, hace poco más de un año. Además, las fuerzas israelíes mantienen limitados los movimientos de Arafat, y podrían impedirle asistir a la cumbre de la Liga Arabe.

En medio de esta espiral de violencia, EEUU sigue limitándose por ahora a insistir en sus llamamientos a Arafat para que haga más esfuerzos para frenar la violencia, ya que según Washington ofrece la mejor posibilidad de "lograr avances".

"Ideas interesantes"

Además, la Casa Blanca mantiene una actitud muy prudente respecto a la iniciativa saudí, y aunque señala que ofrece "ideas interesantes" y ha aumentado su interés en los últimos días, se abstiene de darle un apoyo claro y público.

"Queremos trabajar con los saudíes para avanzar a partir de esa idea", ha añadido McCormick, quien descarta que de la entrevista de Bush y Mubarak, a las 21.50 GMT del martes, pueda salir alguna idea nueva.

Para EEUU, la propuesta del príncipe heredero saudí Abdulá bin Abdelaziz supondría romper el actual dogma de que las fronteras del futuro Estado palestino deben resolverse a través de una negociación, y no fijarse de antemano.

El secretario de Estado, Colin Powel, con elministro de Asuntos Exteriores egipcio, Ahmed Maher Al-Sayed
El secretario de Estado, Colin Powel, con elministro de Asuntos Exteriores egipcio, Ahmed Maher Al-SayedAP

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