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NUEVA TRAGEDIA EN NUEVA YORK

Los pilotos del Airbus informaron de problemas técnicos tras el despegue

El análisis de una de las 'cajas negras' del avión siniestrado refuerza la hipótesis del accidente

La tesis de que la caída de un Airbus A-300 ayer en Nueva York se debió a un accidente cobra cada vez más fuerza según avanza la investigación, aunque sigue sin descartarse ninguna hipótesis. Según se desprende de las grabaciones de la primera caja, los pilotos perdieron el control del aparato dos minutos después del despegue. Poco antes se produjeron varios ruidos ensordecedores en el interior de la carlinga.

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Ayer, en la bahía de Jamaica, frente a las playas de Queens, fue encontrada la segunda caja negra, la que registra los datos técnicos del aparato, que añadirá datos a la investigación. Por el momento, está siendo analizada en Washington. Por otra parte, este miércoles está previso que se de a conocer la transcripción de las conversaciones mantenidas por los pilotos.

El portavoz de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NSTB), George Black, ha asegurado que los pilotos advirtieron de que tenía problemas unos dos minutos después de despegar del aeropuerto John F. Kennedy. George Black, ha señalado que la grabadora de voces de la cabina captó un ruido ensordecedor tras algo menos de dos minutos de vuelo, seguido de otro que se produjo en un intervalo de 15 segundos.

Un español entre los muertos

Por otra parte, hoy se ha conocido que entre las más de 265 personas muertas por el accidente se encuentra un español, Federico de la Asunción, de 65 años, natural de Fortaleny (Valencia), que residía en Nueva York y que tenía doble nacionalidad, española y estadounidense.

De la Asunción se dirigía a Santo Domingo para tomar unas vacaciones que le habían sido financiadas por sus compañeros del Memorial Presbiterian Hospital, donde trabajaba como fontanero, como regalo por su reciente jubilación.

Según el responsable de la investigación, se escuchó un momento en el que el copiloto del avión pidió aplicar máxima fuerza a los motores en un aparente intento de ganar altura y evitar su caída.

El experto de la NTSB señala que la grabación terminó casi dos minutos y 30 segundos después del despegue. En ese momento la torre de control del aeropuerto John F. Kennedy había perdido el contacto por radio y radar con el avión, un Airbus A-300 fabricado en Europa con motores General Electric de EEUU.

Black también asegura que las investigaciones preliminares señalan que la tragedia no fue provocada por un objeto externo, como algún pájaro succionado por uno de los motores, según habían indicado las primeras especulaciones sobre el incidente.

Según los investigadores, todos los avances logrados en la investigación refuerzan la idea de que el accidente se ha

producido por un fallo en el motor que provocó la explosión de la turbina izquierda.

Tanto desde el FBI como desde la Casa Blanca y desde la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NSTB) se venía insistiendo en que nada apuntaba a un atentado y que las similitudes con los sucesos del 11 de septiembre eran meras y terribles coincidencias. "Toda la información que tenemos hasta ahora es que se trata de un accidente", afirmó en este sentido Marion Blakey, directora de NTSB.

Reciente revisión

Lo que sorprende es que un aparato de un modelo tan seguro como el Airbus A-300 sufriera un accidente cuando había pasado una revisión la noche anterior a la tragedia, según ha afirmado Donald Carty, director ejecutivo de American Airlines.

El motor, un CF6, se utiliza en aviones como el Air Force One del presidente de Estados Unidos, pero ha sido puesto en investigación recientemente por algunos fallos, que generalmente no han causado accidentes mortales.

En 1989, la explosión de un modelo antiguo del motor CF6 causó una explosión en un avión DC-10. Los pilotos consiguieron que el aparato aterrizase, pero 112 personas murieron al chocar el avión en la pista.

En 1998, la NSTB señaló que ese tipo de motor había sufrido fallos en la turbina de baja presión, lo que puede causar una explosión.

El año pasado, un motor CF6 de un avión DC-10 de la compañía Continental Airlines explotó en el aire en un despegue, pero el piloto fue capaz de aterrizar.

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