La UE salva la cumbre de Bonn al rebajar sus exigencias sobre Kioto
El texto de consenso ha sido calificado como "un éxito" por diversas delegaciones europeas
A poco de empezar la sesión, los delegados, que ya se habían puesto de acuerdo sobre un documento, lo aprobaron con un largo y fuerte aplauso, todos ellos puestos en pie. La conferencia tenía que haber concluido ayer pero los 178 países presentes en la cumbre se negaron a tirar la toalla y continuaron la negociación durante toda la noche.
Al parecer, para conseguir vencer las reticencias de Japón, el país que ha mantenido abiertas las conversaciones hasta el último momento, los negociadores de la UE han tenido que ceder sobre el control de cumplimiento de los compromisos. Según las primeras informaciones se mantendrán las sanciones previstas en el documento de negociación, elaborado como vía de consenso por el presidente de la conferencia Jan Pronk, pero el modo en el que éstas serán aplicadas se decidirá después de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto.
La propuesta que la UE mantenía ayer rebajaba ya considerablemente algunas de las exigencias con las que los Quince llegaron a Bonn y suponía una disminución de casi un 4% en el objetivo de reducción de gases previsto en el Protocolo. Sin embargo, según ha afirmado, en nombre de la presidencia comunitaria el secretario de Energía y Desarrollo sostenible de Bélgica, Olive Deleuze, los Quince prefieren "acuerdo imperfecto a un acuerdo inexistente".
Ayuda a los países en desarrollo
Por otro lado, la Unión Europea y otros cinco países (Canadá, Suiza, Islandia, Noruega y Nueva Zelanda) se han comprometido a destinar 410 millones de dólares (unos 80.000 millones de pesetas, 480 millones de euros) por año hasta el 2005 a los países en desarrollo para ayudarles a combatir el cambio climático y sus efectos, según ha indicado.
Según Pronk, el acuerdo conseguido al final ha sido "sorprendente", por cuanto cinco minutos antes de que concluyeran las negociaciones, Australia, uno de los países "duros", todavía estaba en contra.
El ministro español de Medio Ambiente, Jaume Matas, ha confirmado el compromiso, que ha interpretado como un éxito de la Unión Europea. Matas ha explicado que el acuerdo se refiere a todo el paquete de propuestas y que se han introducido algunas variaciones en el apartado sobre el control del cumplimiento de los compromisos que despertaba las objeciones de Japón y otros países.
En la misma línea, Jürgen Trittin, ministro alemán de Medio Ambiente y anfitrión de la cumbre, ha dicho que, con el acuerdo, "el Protocolo de Kioto está salvado".
Hacia un nuevo liderazgo
El compromiso arrancado por Pronk en la que ha sido su última conferencia del clima como presidente excluye a EE UU, el mayor contaminante del planeta, pero confirma, a juicio de la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallstroem "el creciente liderazgo de la Unión Europea".
El acuerdo alcanzado permitirá que el Protocolo de Kioto sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero entre en vigor en el 2002, en el décimo aniversario de la celebración de la Cumbre de la Tierra de Río.
El Protocolo de Kioto obliga a los países industrializados a recortar sus emisiones de dióxido de carbono -los seis gases que provocan el efecto invernadero se tradujeron a equivalentes CO2- hasta lograr una reducción media mundial del 5,2% en el periodo 2008-12 respecto de los niveles de 1990.
Kioto entrará en vigor noventa días después de que sea ratificado por un mínimo de 55 países cuyas emisiones representen el 55% del total mundial.
El hecho de que Rusia, Canadá y Japón se hayan sumado a la UE garantiza la obtención de ambas premisas.
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