EE UU prueba de nuevo su escudo antimisiles con la intención de desplegarlo en 2005
Rusia cree que la actitud estadounidense confirma el inicio de una nueva carrera militar
Éste es el programa que oficiará el Pentágono con motivo de la cuarta prueba del controvertido escudo antimisiles estadounidense. Las tres intentonas anteriores se saldaron con un éxito (octubre de 1999) y dos fracasos (enero y julio del año pasado). Sin embargo, la Casa Blanca ya ha avisado de que ni siquiera un nuevo fracaso detendrá los planes del presidente, George W. Bush, de tener listo el sistema antes de 2005.
Antes, el Pentágono realizará otras 17 pruebas a lo largo de los próximos 14 meses, cada una de ellas con un coste mínimo de 100 millones de dólares (20. 000 millones de pesetas, 120 millones de euros).
Después de que Bill Clinton congelara el proyecto tras el último fiasco, el ánimo con que Bush ha resucitado el sistema antimisiles sigue provocando alarma en todo el planeta.
Ayer, Ígor Serguéyev, asesor del presidente ruso Vladímir Putin, aseguró que la actitud de Washington mete de lleno al mundo en una nueva carrera de armamentos. Por su parte, el ministro de Exteriores, Ígor Ivanov, aseguró que el anuncio de EE UU de que desplegará el sistema en cuatro años parece indicar que Bush ha tomado ya la decisión de romper el tratado ABM antimisiles balístico.
En Europa no hay consenso al respecto, y mientras el presidente español, José María Aznar, o el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, han apoyado el proyecto estadounidense, Francia y Alemania han expuesto su miedo a que el sistema antimisiles convierta Europa en objetivo de los ataques terroristas de los que supuestamente le debe proteger.