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Trabajar cansa
Columna
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Un algoritmo loco en Euskadi: buscas una víctima y te encuentras un etarra

La monstruosidad de lo que pasó se deja en el sobreentendido, pero ya no familiar o personal, sino institucional, que es inadmisible. Para sobrentender en privado, todos deben tener clara la verdad en público

Captura de imagen de la web de memoria histórica de Galdacao, municipio de Vizcaya. 
En la imagen, la ficha de Xabier García Gaztelu, alias 'Txapote', miembro del grupo terrorista ETA.
Captura de imagen de la web de memoria histórica de Galdacao, municipio de Vizcaya. En la imagen, la ficha de Xabier García Gaztelu, alias 'Txapote', miembro del grupo terrorista ETA.
Íñigo Domínguez

Si uno busca en los cementerios de Sicilia los muertos de la Mafia puede llegar a pensar que la Mafia no existe, parece que no ha matado a nadie. En las lápidas de sus víctimas solo consta la fecha de defunción. Como mucho, frases casi poéticas: “Stroncato da mano crudele”, roto, arrancado, por una mano cruel. Entra dentro del tabú, del clima de terror, del temor a lo explícito. Es decir, miedo a decir la verdad. No sé qué explica algo parecido en el País Vasco en 2023. Supongo que la estupidez o la mala fe, o tener un alcalde de EH Bildu. Prueben a mirar la página web dedicada a la memoria del ayuntamiento de Galdakao, realizada por la sociedad Aranzadi. No es que no haya víctimas de ETA, es al revés, han desaparecido los asesinos, que además se han convertido en víctimas, los pobres. ETA lleva camino de convertirse en un fenómeno natural, como un virus o una desgracia meteorológica.

La web tiene un buscador de víctimas del municipio, pero con un algoritmo loco: buscas una víctima y te sale un etarra. Buscas al alcalde Víctor Legorburu, y ahí sale, asesinado en 1976, al día siguiente de que venciera el ultimátum de seis meses que le dio ETA para que se fuera del País Vasco. Pone “Autor: ETA”. Pero es que hay etarras de Galdakao y también aparecen como víctimas, mezclados con los vecinos que mataron. Por ejemplo, Jon Bienzobas. Es una víctima incluida en el apartado “Vulneraciones”, sección “Otros hechos derivados de la violencia política. Política penitenciaria y aplicación de leyes excepcionales. Autor: Estado español y francés”. Es una información algo limitada y como hay un apartado de “Observaciones”, uno va a ver, pero no, dice esto: “Aunque nació en Bilbao, creció en el barrio de Aperribai de Galdakao”. Podrían haber añadido que le gusta el mus o es del Athletic. Se me ocurre alguna observación más, como que asesinó al jurista Francisco Tomás y Valiente en su despacho de la universidad. No sé, como detalle de interés, por redondear.

Quizá es un lapsus, vamos a ver otro, en el que sea imposible olvidarse de hechos imborrables. Xabier García Gaztelu, Txapote. Pues no, es solo alguien que ha sufrido vulneraciones de derechos por la política penitenciaria. No te enteras de que es el asesino de Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordóñez, José Luis López de Lacalle, Fernando Múgica y Fernando Buesa y su escolta, Jorge Díez, entre otros. Como ejercicio de memoria deja un poco que desear en una web dedicada a la memoria, es un poco cortita. Yo he tenido que reducir la enumeración de sus víctimas porque llenarían la columna, pero ellos no tenían límite de espacio.

Hay webs así en otros municipios vascos, como ha denunciado el PSE. No sé si esto es necesario dentro de la buena voluntad requerida a una comunidad humana para superar un trauma atroz. Me temo que no, y lo necesario es decir las cosas como son. Si no, la monstruosidad de lo que pasó se deja en el sobrentendido, pero ya no familiar o personal, sino institucional, que es inadmisible. Para sobrentender en privado, todos deben tener clara la verdad en público. Aunque todos queramos olvidar, otra cosa es olvidarse del tema, porque lo decisivo hoy es quién gestiona ese olvido. Por cierto, se habla de la apatía en Euskadi ante estos disparates de la desmemoria vasca, pero la del resto de España, donde ya parece que no es asunto nuestro y ni te enteras, tampoco está nada mal.

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Sobre la firma

Íñigo Domínguez
Corresponsal en Roma desde 2024. Antes lo fue de 2001 a 2015, año en que se trasladó a Madrid y comenzó a trabajar en EL PAÍS. Es autor de cuatro libros sobre la mafia, viajes y reportajes.

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