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Todd Solondz: “Hoy cada uno puede escuchar lo que quiere oír”

El cineasta estadounidense, autor de ‘Happiness’, es uno de los ponentes del Foro de la Cultura y hablará sobre la clase media que tan bien ha diseccionado

María Antonia Sánchez-Vallejo
Todd Solondz
Todd Solondz, fotografiado a principios de febrero en Nueva York.Pascal Perich

El cineasta Todd Solondz (Newark, Nueva Jersey, 1959) enfrenta al espectador con sus contradicciones, rompiéndole los esquemas con una ferocidad no reñida con una cierta poesía. Ha diseccionado la incomprensión de la adolescencia en Bienvenido a la casa de muñecas (1995), la complejidad de las relaciones humanas en Happiness (1998), un relato sardónico e incómodo celebrado por la crítica, o la comedia de humor negro Life During Wartime, con personajes atrapados en dudas existenciales. Este jueves y viernes interviene en el Foro de la Cultura, dedicado en esta edición al odio. Participa en dos diálogos, el primero en Espacio Fundación Telefónica, en Madrid, con el director Rodrigo Cortés (Buried) y el segundo, en Valladolid, junto al cineasta Eduardo Casanova (Pieles).

Al término de la entrevista, que se celebra en una mañana fría y soleada a principios de febrero en una cafetería de Nueva York, el guionista y director hace un alarde de sus conocimientos de español, que aprendió con la ayuda de un diccionario.

PREGUNTA. ¿Cree que el american way of life tal como el mundo lo conoció en los años cincuenta y sesenta ha muerto?

RESPUESTA. Sí, y en los setenta y en los ochenta… Muere década tras década.

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P. Hablemos de odio, el reclamo temático del Foro de la Cultura. ¿Es uno de los ingredientes del populismo?

R. ¿Del populismo? Hay diferentes tipos de populismo, por lo que el odio puede alentar todo tipo de manifestaciones e intenciones.

P. ¿Qué ha fallado en Estados Unidos para llegar al asalto al Capitolio?

R. No soy analista político, sé tanto como cualquiera que lea los periódicos y vea la televisión. Desde luego no surgió de la nada.

P. A su juicio, ¿qué es el odio? ¿Es un sentimiento puro o una mezcla de miedo, desesperación, rabia?

R. Depende del contexto. El hecho de odiar algo puede significar que ese algo no te gusta. O que ese algo te enfada, o tal vez que tienes miedo de ello. Significa muchas cosas diferentes.

P. ¿El odio es el nuevo rencor de clase?

R. No creo que haya un mandato que te obligue a odiar, puedes observar y manifestar ciertas sensaciones, pero no debes juzgar a la ligera.

P. ¿Qué responsabilidad tienen las redes sociales en la propagación del odio?

R. Propagan muchas cosas. Mucho bueno, mucho malo; muchas cosas verdaderas y muchas cosas falsas. Así que no son muy equilibradas, pero son un vehículo para muchas voces. Hay sus más y sus menos en todo esto. Nadie sabe realmente cómo controlarlo y dirigirlo en una dirección fructífera.

P. ¿Qué hacer para evitar el riesgo de que el odio descarrile?

R. Siempre va a haber este tipo de comportamientos, pero la cuestión es que no deriven en violencia, incluso en unos simples disturbios, de un modo que pueda perjudicar a la gente.

P. ¿Imaginaba hace 10, 20 años que en Estados Unidos se pudiera producir algo como el asalto al Capitolio?

R. Podría haberlo imaginado. No me lo imaginaba, pero porque no es el tipo de cosas que me obsesionan. No tengo una mentalidad tan política como otros. Tengo suficientes problemas en mi propia vida.

P. En su película Life During Wartime las palabras que más repiten los personajes son “olvido” y “perdón”.

R. Probablemente me haya pasado, pero en realidad estaba pensando en usar “libertad” y “democracia”, de hecho. Pero son palabras tan grandes… Todos tenemos nuestros límites y debemos aspirar a lo mejor de nosotros aunque luego fracasemos como humanos.

P. ¿Es de natural optimista?

R. Me gusta ser siempre cautamente optimista.

P. ¿A pesar de las circunstancias?

R. El reto para mí son mis películas porque no gustan ni a la derecha ni a la izquierda. Mi abogado dice que he sido prácticamente cancelado, así que hay algo tóxico en mí que hace difícil conseguir la financiación. Pero albergo la cauta esperanza de hacer algo próximamente.

P. Como creador, ¿qué opina de la cultura de la cancelación?

R. No sé si es útil o pertinente o beneficioso anular el significado de alguien, apartarlo del discurso social, de su trabajo, de la sociedad. Siempre es mejor mantener una conversación al respecto.

P. ¿Cree que los medios trasladan visiones catastrofistas del mundo?

R. Depende de qué medios de comunicación veas y leas. Pero tanto la corriente dominante de la izquierda como la de la derecha son muy divisorias, sobre todo la de la derecha. Mientras crecía, había muy pocos canales de televisión en los que ver las noticias, por lo que existía una especie de elemento unificador al verlas por televisión. Pero hoy hay diferentes canales a los que uno puede suscribirse para escuchar lo que quiere oír. Y esto sirve para polarizar aún más en lugar de unir a la gente. Veremos hasta qué punto es superable este problema, sin duda es lo que da forma a la política.

P. ¿Le preocupa el aumento de los delitos de odio en Estados Unidos?

R. La intolerancia siempre ha formado parte del tejido del país. La intolerancia es universal. Hay fluctuaciones en la violencia a lo largo de los años y una animadversión particular contra determinados grupos, ya sean asiáticos o negros o judíos, etcétera. Pero ciertos tipos de voces en los medios de comunicación o en la política acentúan y dan validez a esas tendencias.

P. Sus películas indagan en la complejidad de las relaciones humanas.

R. Creo que ser capaz de mostrar una especie de simpatía o reconocimiento de la humanidad del otro es algo bueno y desafiante. También contrariar nuestras ideas erróneas y nuestros prejuicios. Tengo que involucrarme emocionalmente en mis personajes o la película no tendrá sentido para mí. Pero eso no afectará esencialmente al público.

P. ¿Nos falta empatía hacia el otro?

R. Hay lugares, épocas que son más o menos cercanas que otras, pero no se es más o menos empático ahora. Eso sí puedo afirmarlo.

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