¿Qué tienen en común dos directivos de eBay, ‘Johnny Superstar’ y un matrimonio de mediana edad de Boston?
En 2019, dos altos cargos de la compañía de subastas online decidieron convertir en un infierno la vida de Ina y David Steiner, editores de una revista casera sobre comercio digital. Para ello se inspiraron en la comedia protagonizada por Robert Downey Jr. y Uma Thurman
Las mafias contemporáneas siguen nutriéndose del cine. Hasta el último sicario del crimen organizado, incluso los traficantes de coltán ruandeses o los contrabandistas de caviar kazajos, han perpetrado crímenes y tropelías inspirados en El padrino, El precio del poder o Uno de los nuestros. Pero lo que de verdad resulta una novedad es que un tinglado mafioso posmoderno, creado en las entrañas de una gran corporación digital como eBay, se alimente no ya de ambrosía cinematográfica, sino de comedias cutres de finales de los ochenta. Lo explicaba David Stretfield en un tan hilarante como exhaustivo y bien documentado reportaje de The New York Times.
En la primavera de 2019, dos altos directivos de la compañía de subastas online, Devin Wenig y James Baugh, decidieron convertir en un infierno la vida de Ina y David Steiner, un matrimonio de mediana edad del área de Boston. Los Steiner editaban una revista casera sobre comercio digital y habían publicado en ella un par de artículos que a Wenig y Baugh les parecieron insultantes. “Esa zorra es un troll malicioso que nos quiere buscar la ruina, tenemos que acabar con ella y con el imbécil de su marido”, le escribió Wenig a Baugh. Dicho y hecho. Reclutaron a una analista junior y a tres empleados de seguridad de la compañía, todos menores de 30 años, y les embarcaron en un plan de intimidación parcialmente inspirado en Johnny Superstar, bochornosa comedia que Robert Downey Jr. y Uma Thurman protagonizaron en 1988.
Como en la película, los Steiner empezaron a recibir envíos de pizza a altas horas de la madrugada, así como paquetes llenos de arañas, cucarachas, excremento de rata, pornografía extrema o larvas de mosca. En cuanto se descubrió el pastel, eBay trató de zanjar tan rocambolesco asunto con despidos fulminantes de los sicarios de turno y ceses pactados del par de cerebros grises de la operación. Estos días, se procesa a unos y otros por acoso, extorsión y amenazas. Deberían procesarlos también por su alarmante falta de cultura cinematográfica.
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