Tahar Rahim: “Cuando leí el guion de ‘El mauritano’ me sentí cabreado, triste. Al final lloré”
Decir que Tahar Rahim está en forma sería quedarse corto. El actor francés que deslumbró con ‘Un profeta’ se descuelga ahora con ‘The Mauritanian’ y ‘La serpiente’
“¿El nuevo rey de Hollywood? Para mí solo existían Platini y Zidane”. Desde Un profeta, la película de Jacques Audiard que le dio a conocer en Cannes en 2009, hasta la consagración internacional con The Mauritanian (2021), el destino parece haber sido generoso con Tahar Rahim (Francia, 40 años). Él, sin embargo, sigue con los pies en la tierra, con ganas de charlar y de bromear. “Un día salí con mi maleta rumbo a París”, recuerda este hijo de padres argelinos. “Allí iba a clases y dividía mi tiempo entre el teatro, los trabajos en la fábrica y en un local nocturno, y lo hacía porque creía en algo. Por eso hoy prefiero dejarme sorprender y vivir el momento”.
Nacido en Belfort, una pequeña localidad francesa de la región de Borgoña-Franco Condado, Rahim cumple 40 años este mes. En los últimos 13, su carrera le ha convertido en un rostro conocido en todo el mundo, rompiendo estereotipos y barreras lingüísticas y geográficas. En el listado de hitos cruciales en su evolución como artista hay películas como The Eagle (2011), El pasado (2013), Black Gold (2014) o María Magdalena (2018), y series de televisión como The Looming Tower (2018) y The Eddy (2020). Estas experiencias lo cambiaron, igual que The Mauritanian (2021), dirigida por Kevin Macdonald, presentada en la última Berlinale y disponible en plataformas digitales. Una historia real en la que interpreta a Mohamedou Ould Slahi, acusado injustamente de ser cómplice en los atentados del 11 de septiembre de Nueva York, y por ese motivo encarcelado en la prisión de Guantánamo de 2002 a 2016. Con el corazón dividido entre la violencia, los abusos y la esperanza de justicia, el recluso recogió y describió esta terrible experiencia en sus memorias, Guantanamo Diary, escritas en 2015 (y traducidas al español en 2016 como Diario de Guantánamo por Capitán Swing Libros). “Cuando leí el guion me sentí cabreado, triste. Al final lloré. Pero solo cuando tienes la suerte de conocer a personas como Mohamedou puedes comprender su filosofía, su capacidad de perdonar a pesar de haber sufrido cosas horribles. Gracias a él he recibido una lección de vida: no hay que dejar que el miedo nos guíe ni que tome el timón de nuestra vida. Al miedo se le mira a la cara”.
Por este papel, Rahim recibió una nominación a los Globos de Oro, al igual que su compañera de reparto, la doblemente oscarizada Jodie Foster. “Interpretar es cuestión de aguante, paciencia, necesidad, ganas de ponerse a jugar, pero nunca me he dejado deslumbrar por las luces del éxito, porque sé que el viaje es largo. Me crié rodeado de culturas y etnias diversas, y viendo cine americano como una de mis fuentes de inspiración. En aquella época no tenía tanto dinero; entraba por la puerta trasera del videoclub, espiaba y veía pasar imágenes maravillosas. Descubrí el mundo del Nuevo Hollywood de los setenta, el Taxi Driver de Scorsese, películas dirigidas por Francis Ford Coppola o John Cassavetes e interpretadas por Al Pacino, Robert De Niro, John Cazale, Gene Hackman o Dustin Hoffman. Eran fantásticos, instauraron códigos que hoy siguen vigentes y en los que muchos nos miramos. Tampoco hay que olvidarse de Fellini y Rossellini, de Alemania, año cero, de aquella capacidad de ver la realidad. También me marcaron hombres como Bob Meyer, director, pintor, desaparecido hace pocos meses y que para mí fue más que un mentor, un segundo padre al que debo muchas cosas”.
Rahim también protagoniza ahora La serpiente, una serie de Netflix en la que se mete en la piel de Charles Sobhraj, el estafador francés que mató a 12 personas en la India de los setenta. A continuación, se lanzará al reto de rodar un musical, proyecto muy francés que refleja una de sus grandes pasiones. “De pequeño nadie en casa tocaba instrumentos, ni siquiera yo, pero me encanta la música, y es muy importante en términos de inspiración: pienso en Marvin Gaye, James Brown, Michael Jackson, los Rolling Stones y Bob Dylan”. Clásicos que siguen de moda, como su estilo. “Me gusta acudir a los años cincuenta y sesenta, en eso soy muy fan de Steve McQueen, Alain Delon y Marlon Brando. Hombres rebeldes y elegantes. En el fondo, siempre hace falta un toque especial para distinguirnos del resto: eso es nuestra identidad”.
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