Cómo un mueble de yeso puede ser funcional

Si las piezas de Andreas Voukenas y Steven Petrides les resultan caprichosas, tengan en cuenta que el primero comenzó su carrera confeccionando bordados y expositores de plexiglás para la tienda de ropa de bautizo y detalles de boda que su madre regentaba en Atenas. Y que fue la exposición que el MoMA le dedicó a las esculturas de Picasso lo que determinó que en 2015 Steven Petrides, arquitecto de formación, cambiara el AutoCAD por el yeso para iniciarse en ese arte.

De yeso estaba hecha también la primera silla que improvisó en su estudio de Atenas para descansar mientras moldeaba bustos de ese mismo material, así que al fin y al cabo fue la necesidad básica de sentarse lo que le llevó por los derroteros del diseño de mobiliario. Eso, y el querer echarle una mano a Andreas Voukenas, a quien había conocido una noche del verano de 2014. “Cuando hace cinco años empezamos a trabajar juntos, Andreas estaba fabricando muebles de madera para los pisos de su negocio de alquileres temporales. Yo no sabía trabajar la madera, así que en su lugar empecé a utilizar yeso y mallas de alambre, como las maquetas que construía durante mi etapa de estudiante de arquitectura en la Universidad de Columbia”, explica Petrides.

De su taller ateniense también salen muebles de bronce o aluminio, pero los más emblemáticos siguen estando hechos de ese versátil material que nos ha dado desde los suelos del palacio de Cnosos a los suvenires del barrio de Plaka. Ellos insisten en que son muy funcionales. “Nuestras obras son abstracciones de función. Sus formas son esculturales, pero tienen un propósito estructural”.