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Ayo Edebiri, la actriz que ha ganado todos los premios de la temporada sin dejar de ser sorprendentemente normal

La intérprete y guionista triunfa como coprotagonista de la serie ‘The Bear’, que le ha dado el Globo de Oro, el Emmy y el Critics Choice, y su carrera despunta de tal manera que incluso ha renunciado a un papel en una franquicia de Marvel

Ayo Edebiri 'The Bear'
Ayo Edebiri sostiene su premio Emmy a la mejor actriz secundaria por 'The Bear', el 15 de enero de 2024 en Los Ángeles.Frazer Harrison (Getty Images)
María Porcel

La normalidad de la que hace gala, y no a propósito, Ayo Edibiri (Boston, EE UU, 28 años), está a punto de extinguirse. Es tan, tan normal, que en Hollywood sería casi un bicho raro. Al ganar el Globo de Oro a mejor actriz protagonista de comedia por The Bear, le dio las gracias a “sus agentes y asistentes”: “A la gente que me escribe los correos, sois los mejores, os estoy superagradecida”. En la alfombra roja de los premios Emmy, Edebiri le apañó el maquillaje a la actriz Rhea Seehorn, de la serie Better Call Saul. No iban juntas, apenas habían cruzado palabra, pero la de Boston la avisó de una mancha bajo el ojo y se la arregló. En los mismos galardones, al ser preguntada qué pensaría y soñaría la joven Ayo si la viera allí, ganando premios, contestó: “No soñaría con noches como esta. Soñaría con, simplemente, tener cobertura dental”. Nada de premios en la estantería del salón. “Tenemos seguro dental, de la vista, del oído. ¡Podemos ir al dermatólogo!”, se emocionaba, antes de recomendar a los espectadores no faltar a su cita médica anual para mirarse la piel.

Podría parecer una broma por parte de una cómica que, pese a su juventud, lleva ya una década escribiendo guiones, poniendo voces a personajes de animación y participando incesantemente en series y películas; de hecho, la mitad de su casi treintena de actuaciones tuvieron lugar el año pasado. Es la realidad de una mujer que ha llegado hasta aquí con mucho trabajo detrás, pero casi de casualidad. Ella, que pretendía ser maestra y estudió para ello, aterrizó en The Bear, una serie sin pretensiones y, gracias al poco canónico tándem que forma con Jeremy Allen White, se ha ganado una plaza en el Olimpo. El papel de su organizada y metódica cocinera Sidney, opuesta al algo perdido y superado Carmy en su desastroso local de bocadillos de Chicago, le ha dado ya el Globo de Oro, el Emmy y el Critics Choice (que entrega la asociación de críticos de Hollywood), así como nominaciones al People’s Choice, a los premios del Sindicato de Actores o al Bafta, como actriz emergente. Y el sábado se convirtió en la presentadora del veterano programa cómico Saturday Night Live, donde actuó Jennifer Lopez.

Ella sigue mostrándose sorprendida en sus apariciones públicas. En varias entrevistas ha reconocido sentirse incómoda en un lugar que no parece pertenecerle. Está en ese momento del salto en el que una chica normal se convierte en actriz, aunque vaya vestida de Louis Vuitton, con un toque de ingenuidad que se mezcla con la madurez en sus guiones e interpretaciones. Tanto que ha decidido renunciar a Thunderbolts, la próxima entrega de Marvel, para estar presente en otros proyectos. Problemas de agenda que arregla con decisiones conscientes, por las que prefiere seguir su propio camino sin miedo a renuncias de tal calibre.

Pero es que para Edebiri este camino de fama y éxito está siendo un regalo extra. Empezó hace una década como asistente de producción, llevando y trayendo cafés, y este año ha participado, además de en The Bear, en casi una quincena de proyectos, entre ellos una decena de series. Es una de las protagonistas de la comedia El club de las luchadoras (junto a la modelo Kaia Gerber o a su buena amiga y colega Rachel Sennott); ha puesto la voz en Las tortugas Ninja: Caos mutante y en la nominada al Oscar Spider-Man: Cruzando el multiverso; y ha participado en premiadas series como Colegio Abbott y Black Mirror, además de en Big Mouth, donde lleva una treintena de episodios.

Pasar de escribir la serie Dickinson, su primer gran proyecto, centrado en la vida de la poetisa del siglo XIX Emily Dickinson (pero con muchos guiños a la actualidad) a ser Missy Foreman-Greenwald en la serie de animación Big Mouth le trajo sus primeros retazos de fama... pero también sus primeros problemas. La ficción está pensada para adultos y en ocasiones ha sido polémica (trata sobre la adolescencia, con temas como la masturbación, las primeras relaciones sexuales, las drogas...); además, el papel de la mestiza Missy lo interpretaba la actriz Jenny Slate, blanca, que decidió dejarlo en el auge del movimiento Black Lives Matter. Todo ello ha hecho que Edebiri enfrente ciertas amenazas que incluso han salpicado a sus padres, por lo que ha preferido mantener sus nombres en el anonimato.

Ayo Edebiri charla animadamente con el actor Bradley Cooper en los AFI Awards, celebrados en el Four Seasons de Beverly Hills, el 12 de enero de 2024.
Ayo Edebiri charla animadamente con el actor Bradley Cooper en los AFI Awards, celebrados en el Four Seasons de Beverly Hills, el 12 de enero de 2024. Michael Kovac (Getty Images for AFI)

Hija única de una madre de Barbados y un padre de Nigeria que la han ido acompañando en la temporada de premios, Edebiri está muy unida a sus progenitores, que la criaron en Dorchester, un barrio de clase media. Su madre era muy religiosa y con ella acudía a la iglesia pentecostal cada domingo; la Biblia la inspiraba para escribir y desarrollar historias. Su padre, no tanto: con él se aficionó a ver películas. Ahora que su papel es el de una cocinera, ha afirmado en ocasiones que su madre es la que mejor conoce a los fogones. Cuando dejó Boston por Nueva York para estudiar y tratar de ser maestra, sus padres la alentaron, contó en The New Yorker, pero tardaron algo más en procesar que se pasaba primero al guion y después a la interpretación. “Ahora es muy reconfortante ver que saben lo que hago. Siempre están con: ‘Solo para confirmar, ¿no darás marcha atrás? ¿Estás decidida? ¿Estás bien?”, comentaba con la publicación. “Probablemente no era su sueño inmigrar a este país y que tu hija te diga: ‘Pues quiero dedicarme a la improvisación”.

Esa improvisación arrancó gracias su entonces compañera Rachel Sennott, que la fue metiendo en la escena neoyorquina de monólogos y stand up. Perfeccionista y trabajadora, interpretó sus escritos y le entró el gusanillo. Iba de local en local, hasta tres veces al día. También se arrancó a escribir guiones con Sennott en lo que empezó como un dúo cómico y acabó siendo una serie de tres episodios en 2020, Ayo and Rachel are Single (Ayo y Rachel están solteras) en Comedy Central. Aunque han pasado casi cinco años de aquello, algunos de sus seguidores en redes sociales no parecen saber distinguir la realidad de la ficción ni entender que las dos tienen pareja: Sennott, el actor Logan Miller, y Edebiri, el cómico Colin Burgess.

En varias de sus entrevistas, Edebiri explica que se le hace raro ser actriz, y que nunca creyó encajar en el estándar de Hollywood, que no se veía con el carisma ni el aspecto para ello: “Yo quería un trabajo de verdad que me diera dinero”. No solo lo ha logrado, sino que se ha convertido en una actriz respetada por sus compañeros de reparto y por la crítica. En The Bear todos tienen buenas palabras para ella, para su capacidad de esfuerzo, su control de la situación, su atención a los detalles y su conocimiento enciclopédico del cine. Se ha formado junto a Allen White en una escuela de hostelería y ambos han trabajado en cocinas para conocer la rutina y los espacios; ha aprendido a apreciar el trabajo que no se ve en la hostelería. “Cuando se me acercan en un restaurante y me dicen: ‘¿Sabes cocinar?’, les digo ‘Hoy no puedo ayudar, estoy de descanso”, bromeaba en una charla con The Hollywood Reporter.

Todo manteniendo la normalidad y sabiendo lo extraordinario de su posición: “Me gusta mi trabajo. Siento que es un auténtico privilegio que me guste lo que hago y sentir que es un reto, y solo quiero seguir trabajando, seguir aprendiendo”, afirmaba en esa entrevista. “Esta es mi meta principal ahora mismo”. Porque el seguro dental ya lo ha conseguido.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

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