La villa de ‘The Crown’ en la que veraneó Lady Di está en Mallorca y se alquila por 60.000 euros
La casa mallorquina, donde la princesa de Gales pasó días de vacaciones en la vida real, ha recreado en la última temporada de la serie la mansión que la familia Al-Fayed tenía en Saint-Tropez
Con un vestido rojo corto, Diana de Gales sube los peldaños de piedra de una escalinata que discurre desde un pequeño embarcadero privado hasta la entrada de una majestuosa villa con la fachada amarilla. Acompañada por sus hijos, Guillermo y Enrique, la princesa saluda a Mohamed Al-Fayed, que le abre los brazos mientras sus hijos chapotean en una piscina construida al borde de un acantilado con el inmenso azul mediterráneo extendiéndose en el horizonte. La casa de verano de la familia Al-Fayed en Saint-Tropez ocupa buena parte del metraje de los primeros capítulos de la sexta y última temporada de la exitosa serie The Crown, que ficciona la vida de la reina Isabel II. La esplendorosa villa, bautizada como The yellow castle (El castillo amarillo), no está en realidad en Francia, sino en la localidad mallorquina de Andratx y en ella la princesa Diana de Gales pasó algunos días de verano de su juventud, antes de casarse con el entonces príncipe Carlos.
El rodaje de la serie tuvo lugar en septiembre de 2022 y ahora el complejo, desde luego no apto para todos los bolsillos, se puede alquilar por 59.500 euros por semana en temporada alta. A cambio, sus huéspedes tendrán unas vistas privilegiadas al atardecer desde la pequeña península privada de Sa Mola, donde está construida, podrán pasear por una gruta, atracar en su propio embarcadero o disfrutar de una piscina y de amplios jardines mientras desayunan los platos que elabora el personal de servicio. Más de mil metros construidos en dos viviendas de tres habitaciones cada una que también tienen gimnasio, sauna y hasta sala de billar. La casa homenajea a la princesa de Gales con una suite a su nombre, que permanece ahí desde que Lady Di pasó algunos días de verano de su juventud, puesto que sus antiguos propietarios eran un matrimonio amigo de la familia Spencer. “La casa fue propiedad de un matrimonio británico y las familias eran conocidas. Diana de Gales vino a pasar unas vacaciones antes de ser princesa y por eso una de las habitaciones tiene una placa con su nombre, para recodar que se alojó en ella” explica Fabio Palumbo, propietario de Unisono Luxury Homes, la inmobiliaria que se dedica a la comercialización de la propiedad.
Los dueños británicos la vendieron después a un empresario alemán y la casa se convirtió durante un tiempo en foco de la polémica. Su nuevo propietario, el empresario germano Carsten Maschmeyer, invitó al presidente de Alemania, Christian Wulff, a pasar unos días con su familia en la finca. Era julio de 2010 y apenas habían pasado unas semanas desde de su juramento del cargo de presidente. La polémica por las vacaciones de Wulff y su familia en la villa mallorquina saltaron a las portadas de los periódicos por lo poco apropiado de la relación entre el presidente y el empresario. Dos años después, Wulff anunció su dimisión tras ser implicado en un caso de tráfico de influencias, del que finalmente resultó absuelto. La casa se puso a la venta cuatro años después del escándalo, en 2014, por 38 millones de euros, convirtiéndose entonces en una de las propiedades más caras de la isla. Los dueños actuales son asiáticos y pasan apenas unas semanas al año de visita en la isla, por lo que aprovechan el resto de meses para rentabilizar la villa.
El equipo de The Crown se interesó en la casa por su localización y su aspecto exterior, ya que el objetivo era emular la villa en la que Diana y Dodi Al-Fayed pasaron sus últimas vacaciones en Saint-Tropez. Durante los tres primeros capítulos de la sexta temporada, la casa es el escenario del incipiente romance entre la princesa y el heredero de los almacenes Harrod’s en las que fueron sus últimas vacaciones antes del fatal accidente que acabó con sus vidas en París.
“En la productora habían visto la casa varias veces. Para ellos era perfecta porque es un inmueble clásico y tenía que estar ambientado en los años noventa. Eso sí, se cambiaron todos los muebles, porque a pesar de que está decorada con ese estilo tradicional, son muebles bastante nuevos”, cuenta Palumbo.
La productora también alquiló un enorme yate para recrear las imágenes de Diana y Dodi en alta mar, que en varias de las escenas de la serie son acosados por paparazis que tratan de retratarlos desde otras embarcaciones. El yate también sirvió para rodar la famosa imagen de Diana sentada pensativa con un bañador azul en el borde del trampolín del barco que copó las revistas de la época. Durante las tres semanas que duró el rodaje en la isla, las calles del casco antiguo de Palma y Andratx se transformaron para convertirse en Montecarlo y Saint-Tropez en esta sexta y última temporada.
Además de servir de escenario para rodajes, The yellow castle tiene gran éxito entre clientes estadounidenses, un mercado que en los tres últimos años ha crecido de forma importante en Mallorca al ponerse en marcha conexiones directas en avión desde Nueva York. También entre europeos procedentes de Alemania, Mónaco, Austria o Bélgica: la mayoría, empresarios millonarios que buscan unas vacaciones tranquilas, o incluso deportistas como Novak Djokovic, que disfrutó de la villa durante su estancia en la isla para participar en un torneo de tenis. Palumbo pronostica un éxito de reservas esta temporada: “Hay mucho turismo de Netflix, gente que quiere alojarse en un lugar especial o diferente. Y en esta casa más, después de haber salido en una serie tan exitosa”.
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