Idris Elba reconoce que lleva un año en terapia por su adicción al trabajo: “Nada que sea demasiado extremo es bueno”
El actor asegura que le relaja más estar ocupado en su estudio que sentado en el sofá con su familia, lo que ha causado un impacto negativo en su bienestar: “Todo necesita equilibrio, pero soy recompensado por ser un adicto al trabajo”
A Idris Elba (Londres, 51 años) no le faltan proyectos. Solo en el último año ha aparecido en películas como Luther: cae la noche, Tyler Rake 2 o la serie Secuestro en el aire. Incluso dice que no a algunos papeles. En junio, por ejemplo, se hizo público que Elba había rechazado interpretar al mítico James Bond hace años por los comentarios racistas que había generado esa posibilidad. “Los que no estaban contentos con la idea convirtieron todo en algo repugnante y desalentador, porque se convirtió en un tema de raza. Se volvió absurdo y yo me llevé la peor parte”, aseguró en una entrevista en el podcast SmartLess. Este lunes 2 de octubre el actor británico ha vuelto a aparecer en otro podcast, Changes with Annie Macmanus, y esta vez ha confesado que ha estado acudiendo a terapia durante un año por hábitos insanos que tienen que ver, precisamente, con su obsesión por el trabajo.
“No es porque no me guste a mí mismo ni nada de eso, es solo porque tengo algunos hábitos poco saludables. Y trabajo en una industria en la que soy recompensado por esos hábitos poco saludables”, reconoció el intérprete, que este año también se ha convertido en una de las estrellas que protagonizarán el calendario Pirelli 2024. “Es mucho. En mi terapia, he estado pensando mucho en cambiar”, admitió el autodenominado “adicto al trabajo”, para quien su amor por mantenerse ocupado con proyectos ha tenido un impacto negativo en su bienestar.
“Nada que sea demasiado extremo es bueno, todo necesita equilibrio, pero soy recompensado masivamente por ser un adicto al trabajo en comparación con alguien que dice ‘Espera, no voy a ver a mi familia durante seis meses’. En cambio, yo estoy ahí, machacándome y haciendo una nueva familia y luego dejándola”, compartió el actor, que actualmente está casado con su tercera esposa, la modelo de 29 años Sabrina Dhowre, con quien contrajo matrimonio en 2019. Antes de ella, Elba pasó por el altar por primera vez en 1999 con Kim Norgaard, con quien tuvo una hija, Isan, que ahora tiene 21 años. Su segundo matrimonio fue fugaz, con Sonya Hamlin y apenas duró unos meses de 2006. Más tarde, mantuvo una relación hasta principios de 2016 con Naiyana Garth, madre de su segundo hijo, Winston, de nueve años. “Esos son caminos en los que tuve que decir: ‘Tengo que adaptarme”, confirmó el actor de The Whire en el podcast, hablando sobre dar prioridad al trabajo por encima de todo.
Elba defendió su firme propósito de encontrar actividades que lo ayuden a relajarse. El gran problema en su caso, según admitió, es que es el propio trabajo lo que le resulta relajante. “La cuestión es que las cosas que me relajan terminan siendo trabajo”, explicó: “Mi estudio en mi casa, me encanta estar ahí. Abrir el portátil y decir, ‘No sé qué hacer hoy’ y saldrá esto o aquello. Y eso me pone eufórico y a la vez me relaja”. Entre sus próximos proyectos ya se encuentra la miniserie animada Knuckles, que se estrena en noviembre de este año y para la que Elba presta su voz, o las películas Heads of State e Infernus, que se encuentran todavía en fases de producción y preproducción.
Aunque la actuación se ha convertido en su principal fuente de ingresos, Elba, que tiene un patrimonio estimado en 40 millones de dólares, también ha perseguido una carrera en la música. Ha sido DJ en varios eventos, incluidas fiestas de celebridades, en 2006 lanzó un EP de cuatro pistas y en 2009 otro de seis. Como productor, ha trabajado con artistas como Jay-Z, K. o Mr. Hudson, y en 2018 lanzó su propio sello musical llamado 7Wallace. Además, como rapero y músico ha colaborado con artistas como Madonna, Macklemore & Ryan Lewis, Taylor Swift y Jay Robinson, y a menudo aparece en vídeos musicales para otros artistas o incluso los dirige.
“Podría trabajar 10 días en una película, con secuencias bajo el agua conteniendo la respiración durante seis minutos, y volver y sentarme en mi estudio y sentirme relajado. Más que sentado en el sofá con la familia, lo cual es malo, ¿verdad?”, reveló el actor. “Esta es la parte en la que tengo que normalizar lo que me relaja, no puede ser todo trabajo”, agregó. De momento, ha identificado el problema, lo ha reconocido y ha buscado ayuda, que es una buena forma de empezar.
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