Sting, 40 años después de ‘Every Breath You Take’: una fortuna récord y un romance que empezó en escándalo
El himno ochentero por excelencia celebra este julio su 40º aniversario habiendo batido todos los récords de popularidad y ganancias. Una canción sobre los celos y el control, camuflada como balada, que acabó convertida en epitafio del primer matrimonio del cantante y de la banda The Police
Es el primer gran nombre confirmado por el nuevo festival Christmas by Starlite. Con la fuerza mediática de cualquier artista de repercusión y catálogo vigentes, Sting, a sus 71 años, ha sido anunciado como gran cabeza de cartel del evento que tendrá lugar en Madrid a mediados del próximo mes de diciembre. El ganador de 17 premios Grammy sigue recorriendo el mundo con la gira My Songs, un repaso a su repertorio más señalado tanto en solitario como al frente de The Police, y en la que le acompaña su hijo mayor, Joe Sumner, que ha abrazado la herencia de su talento como bajista y hasta el apellido paterno en su nombre artístico.
Un cancionero en el que volverá a ser coreada más que ninguna otra Every Breath You Take, el tema más emblemático de The Police y que este verano celebra 40 años alzada como uno de los himnos del pop por excelencia. Tan pegadiza e imperecedera que incluso se convirtió en objeto de estudio por parte de investigadores de la Universidad de Dinamarca y en 2019 fue reconocida como la canción más reproducida de la historia de la radiofórmula por la sociedad líder de derechos de autor BMI. Un tema que desbancó en julio de 1983 en la lista Billboard a clásicos del tamaño de Beat it de Michael Jackson, Let’s Dance de David Bowie o el Flashdance… What a Feeling de Irene Cara para catapultar al estrellato a su creador, aunque su concepción y éxito acabó convertido en epitafio del primer matrimonio del autor y del trío que marcó la escena musical de los años ochenta.
“Una pequeña canción desagradable”. Así definió Sting el himno que acababa de convertirles en la banda pop más popular del planeta, un tema que escribió en pleno retiro inspiracional en Jamaica, en la casa que anteriormente perteneció a Ian Fleming, autor de la saga de James Bond. “Si la canción tiene algún poder es su ambivalencia. Puede ser siniestra, pero también dulce y acogedora, y la gente abraza las dos interpretaciones”, aseguró Sting. A pesar de ese envoltorio romántico y seductor que ha hecho de Every Breath You Take una elección habitual en primeros bailes de boda durante décadas, el británico siempre ha defendido que la canción fue una forma terapéutica de afrontar la ruptura de su primer matrimonio con la actriz Frances Tomelty, madre de sus dos primeros hijos. También una manera de canalizar sentimientos como “los celos, la vigilancia y el control”.
El divorcio hizo correr ríos de tinta en la prensa de la época. Tras casi una década de relación con la intérprete irlandesa, Sting comenzó una historia de amor con Trudie Styler, una de las mejores amigas de su mujer. La también actriz había sido vecina de la pareja desde 1977 —cuando el artista ni siquiera había conformado la banda que lo convertiría en un fenómeno global— en un edificio del londinense barrio de Bayswater, muy cercano a Notting Hill. Él escribe en su biografía, Broken Music, que se enamoró de ella desde el mismo instante en el que la conoció, pero su compromiso le frenó durante años.
El escándalo tras conocerse la infidelidad pasó factura a Styler, que vio cómo su fulgurante carrera se detenía de repente entre acusaciones de “cazafortunas” y comparaciones misóginas con Yoko Ono por responsabilizarla de la separación de The Police pocos meses después del inicio de su romance. Styler ya viajó con ellos durante su triunfante gira mundial de 1983, pese a que Sting seguía casado con Tomelty. Unos meses después, el trío conformado junto a Andy Summers y Stewart Copeland se disolvía sin comunicado oficial, tras cinco discos de estudio y una relación marcada por los choques de egos y los temperamentos volátiles de los responsables de canciones como Roxanne.
“Es la situación menos ideal que puedas imaginar. Ninguno de nosotros estamos orgullosos de lo que pasó, pero sucedió. Nos queríamos, vivimos juntos y después nos casamos y tuvimos más hijos. Y esa es la historia de nuestra vida”, declaró la actriz a The Guardian. Al año siguiente llegó al mundo Mickey, la primera de los cuatro hijos de la pareja, que pasó por el altar para darse el “sí, quiero” en 1992. A pesar de su fructífero historial reproductivo, Sting reveló en la revista People que entre sus anhelos vitales nunca estuvo el de la paternidad: “Me convertí en padre por accidente seis veces, así de inteligente soy. Sin embargo, fueron los accidentes más felices de mi vida porque son seres humanos extraordinarios”.
Cuando su teléfono dejó de sonar por el acoso mediático, Styler se reinventó como productora de documentales con espíritu social y humanitario —fue nombrada embajadora de Unicef—, aunque sigue trufando su carrera de pequeños y esporádicos papeles en cine y televisión. Sus inicios fueron convulsos, pero en 2023 la pareja puede presumir de ser una de las más estables, duraderas e influyentes de todo Hollywood, con amistades de la talla de Robert de Niro, Madonna o los Clinton. Juntos han liderado el activismo medioambiental con la fundación Rainforest, en apoyo a los pueblos indígenas de África, Asia y Sudamérica, y se han convertido en pioneros a la hora de enumerar las ventajas de la comida ecológica o desmontar los tabúes que rodean al sexo tántrico. También comparten pasión por la viticultura y comercializan con éxito el vino producido en su finca de 350 hectáreas de la Toscana. ¿El secreto de su longeva relación? “También somos amigos. Nos amamos, pero a la vez nos gustamos, y esa es una distinción importante. Es importante casarte con tu mejor amiga”, corroboró él.
Con una fortuna estimada superior a los 400 millones de euros, el británico es considerado uno de los artistas más acaudalados del mundo tras vender el pasado año a Universal Music su catálogo completo de canciones por una cifra astronómica. Hace solo unas semanas fue noticia la confesión del rapero Sean Diddy Combs (más conocido como Puff Daddy) sobre el supuesto pago a Sting de 5.000 dólares diarios por usar una parte de Every Breath You Take en su hit de 1997 I’ll Missing You. A pesar de que Sting se quejó de que Combs no le hubiera pedido permiso para utilizar su canción, hoy presume de amistad y reconoce que mandó a un par de sus hijos a la universidad con las ganancias obtenidas por el tributo a una obra que celebra su 40º aniversario tan vigente como el primer día.
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