Las confesiones de Paul Burrell, mayordomo de Lady Di: “Diana se atrevió decir que no a su marido y pagó el precio”
El que fue durante 20 años mayordomo y mano derecha de la reina Isabel II y la princesa de Gales ha explicado que antes de morir desea reunirse con Guillermo y Enrique para revelarles las confidencias de su madre
Pocos pueden decir que han trabajado para dos de las personas más influyentes de las últimas décadas. Pero Paul Burrell (Grassmoor, Reino Unido, 64 años), el que fuera mayordomo de la reina Isabel II y de Lady Di durante 21 años, ha abierto las puertas de palacio para contar algunos de los secretos y anécdotas todavía desconocidos de la familia real británica. Dos décadas en las que vivió desde dentro un sinfín de situaciones que ahora ha sacado a la luz en Viajando con Chester, programa presentado por Risto Mejide en Cuatro.
Burrell comenzó su servicio para la casa real británica con apenas 18 años. Por aquel entonces, ejerció como lacayo personal de Isabel II —a pesar de no tener experiencia previa— para acabar convirtiéndose en uno de los hombres de confianza de la princesa de Gales. La primera vez que conoció a la fallecida monarca la vio rodeada de nueve perros corgis, sus fieles y aliadas mascotas: “Se quedó conmigo. Durante 11 años, a donde ella iba, iba yo. Tenía un aura a su alrededor y nadie penetraba esa burbuja”.
El mayordomo de Lady Di hace un retrato de cómo era en la intimidad el actual rey de la corona británica, Carlos III. Le define como un hombre “con mucho temperamento” y que quiere todo bajo control, como ya se vio los días siguientes a su proclamación. Incluso llega a relatar una de las disputas que mantuvo con él. Todo empezó cuando Diana de Gales acudió a Burrell para saber dónde estaba su esposo, el entonces heredero al trono. Burrell le confesó que se había marchado, pero no le quiso decir ni dónde ni con quién —Camila—. Cuando Carlos se enteró de que el mayordomo había revelado su salida, comenzaron una discusión, tal y como ha rememorado el mayordomo en el programa: “Me dijo: ‘¿Hablaste con la princesa ayer? ¿Qué le has contado?’ Y dije: ‘Que estaba usted fuera’. Me respondió: ‘¿Y por qué le has dicho eso? ¿No puedes mentir? Soy el príncipe de Gales. Un día seré rey de este país y tú harás lo que yo diga. Yo pago tu sueldo y harás exactamente lo que te pido’. Después, cogió un libro y me lo tiró”.
Además, Burrell ha confirmado que la familia real “trataba mal” a Diana de Gales. El primero, el propio Carlos. “Diana tenía problemas mentales y él pensaba que estaba loca. Nunca nadie le ha dicho que no, excepto Diana. Se atrevió a decir que no a su marido y pagó el precio”, desvela el mayordomo en el programa emitido el martes por la noche en Cuatro. El confidente de la princesa describe, con exactitud, cuál fue el momento en el que la relación entre Diana y la reina Isabel II y Felipe de Edimburgo se rompió para siempre: la publicación del libro de memorias que firmó Andrew Morton y la entrevista con Martin Bashir. Durante el divorcio entre Carlos y Diana, los reyes apoyaron a la princesa, según la versión del mayordomo: “Yo leía la correspondencia [hacia Diana] y todas las cartas de la reina tenían la firma de ‘tu amorosa madre’. Las del duque de Edimburgo: ‘Tu querido padre’. El libro fue la gota que colmó el vaso. Si no hubiera ido tan lejos, nadie había sacado los trapos sucios; la entrevista fue demasiado”.
También hubo tiempo para revelar algunas de las intimidades de la princesa de Gales: era él quién metía en palacio, en el maletero de su coche, a Hasnat Khan, cirujano con el que quería casarse en julio de 1997. Antes del fatídico desenlace en aquel túnel de París, se relacionó a Diana con Dodi Al-Fayed. El mayordomo niega que se comprometiesen antes del accidente y también que estuviese embarazada cuando eso sucedió, tal y como señalaron algunos medios.
Burrell no esquivó ninguna pregunta, incluso habló de las teorías del presunto asesinato de la princesa el 31 de agosto de 1997. “No creo ni por un minuto que la mataran. Hay cierto misterio alrededor del accidente que no entendemos, y preguntas que no se han respondido. ¿Por qué tardaron una hora en llegar al hospital después del accidente cuando se tarda 10 minutos?”, reflexiona. Incluso desvela la conversación que tuvo con Isabel II tras el accidente. Dos horas de reunión en la que le contó lo que vivió en París y todo lo que presenció antes del accidente: “Me dijo: ‘Ten cuidado, Paul. Hay fuerzas que actúan en mi país de las que ni yo tengo conocimiento’.
Junto a Mejide, Burrell tuvo tiempo de hablar del tema del momento: la disputa continua entre Enrique de Inglaterra, hijo de Diana y con quién compartió muchas vivencias, y la familia real británica. Cuando se enteró de las intenciones del duque de Sussex de renunciar a sus obligaciones reales en busca de libertad, él apoyó la decisión hasta que todo cambió tras la publicación del documental y, más tarde, del libro de memorias del príncipe: “Ha cruzado la línea de la lealtad y ha pasado al lado comercial y la celebridad. Harry ha vendido su alma al diablo”. Para él, no encaja la idea de querer privacidad con “invitar al mundo entero a entrar en su casa con Netflix y recibir millones para contar secretos sobre su familia”.
Burrell no olvida cómo el duque de Sussex le dio la espalda cuando fue detenido por la policía en 2001, acusado de haber robado 300 objetos personales de la familia real británica, como fotografías, cartas y vestidos de Diana. Finalmente, fue Isabel II quien salió a defenderle in extremis y logró su absolución, según él. Además, el mayordomo publicó en 2004 un libro sobre la princesa de Gales: Un deber real. Hecho que critica el príncipe Enrique 20 años después en sus memorias. “No dice mi nombre, pero salgo”, afirma Burrell. “Me acusó de aprovecharme de la muerte de su madre para hacer dinero”.
25 años después de la muerte de Lady Di, y tras conocer que padece un cáncer de próstata, el mayordomo quiere reunirse con Enrique y Guillermo para contarles todos esos secretos de su madre que solo él sabe: “Si dejo este lugar y me voy, nunca lo sabrán. No son cosas bonitas”.
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