Windsor desvela su decoración navideña en las primeras festividades sin Isabel II y con Carlos III como rey

Como cada año, y justo un mes antes del día de Nochebuena, miembros de la Royal Collection Trust del Reino Unido, cuidadores y guardianes oficiales de la extensa colección de obras de arte y objetos decorativos de la corona británica, han desvelado la cuidada decoración navideña que adornará durante todas las festividades los interiores del castillo de Windsor, en la primera temporada navideña del reinado de Carlos III y sin Isabel II, fallecida el pasado mes de septiembre. Como han podido apreciar muchos monárquicos, destacan entre los tradicionales adornos rojos y dorados varios en color púrpura, el preferido de la que fuera reina de Inglaterra durante siete décadas.

Desde el 25 de noviembre y hasta el próximo 2 de enero, los visitantes podrán recorrer las estancias del castillo de Windsor con motivo de la exhibición festiva, que incluye la magnífica pieza central: un árbol de seis metros de altura en el salón de San Jorge, tomado de uno de los parques de los alrededores y vestido con cientos de luces y adornos. En la Cámara de Waterloo se exhibirá una gran mesa con una exhibición de elementos decorativos de menaje pertenecientes a la Royal Collection, engalanados con frutas y candelabros. Durante unos días seleccionados, frente al árbol del salón de San Jorge —el corazón del castillo, conocido popularmente por ser el lugar donde el príncipe Enrique y Meghan Markle celebraron la recepción de su boda y donde presentaron en sociedad a su hijo Archie— un coro de niños pertenecientes a la prestigiosa escuela local de canto entonarán villancicos navideños.

Los planes navideños continuarán con la tradición instaurada por Isabel II. Aunque de niñas las princesas Isabel y Margarita disfrutaban de la Navidad en Windsor (sobre todo en la Segunda Guerra Mundial), desde hace años los miembros de la familia normalmente pasan el período de vacaciones en su residencia del campo, Sandringham, en Norfolk, la propiedad vacacional preferida de Isabel II, y harán lo mismo este año, según ha confirmado el palacio de Buckingham. Tan solo durante la pandemia, Isabel II celebró dos navidades consecutivas en el castillo de Windsor. La reina quiso regresar a Sandringham en sus últimas navidades —como es habitual; siempre acudía desde mediados de diciembre a principios de febrero— pero se quedó en Windsor, por precaución ante ómicron. Este año marca el retorno a uno de los lugares más especiales para la casa real británica.

Sin embargo, y pese a mantener los escenarios esperados, informadores especializados en la corona británica, como la periodista de la BBC Jennie Bold, aseguran que, a las órdenes de Carlos III, estas navidades serán “menos formales” e incluirán algunos pequeños cambios. Uno de ellos está en el menú: a partir de este año los castillos de Buckingham, Balmoral, Windsor, Hillsborough y Sandringham han eliminado el foie gras del menú, un manjar del que Isabel II era amante, por órdenes expresas del monarca británico, firme defensor de los animales.

La residencia navideña

El castillo de Sandringham pertenece a la familia real británica desde el año 1862, cuando fue adquirido por el rey Eduardo VII, tatarabuelo de Isabel II, siendo todavía príncipe de Gales. Situado en el condado de Norfolk, al este de Inglaterra, ha sido una casa muy querida por los reyes de Inglaterra. El rey Jorge V escribió: “Es el lugar que más amo entre cualquier otro lugar del mundo”. Su hijo, el rey Jorge VI, padre de Isabel II, también dejó por escrito que siempre fue muy feliz allí y que “amaba ese lugar”.

Sandringham es más conocido por ser la ubicación de Sandringham House, el lugar de celebración de las navidades. Muy cerca de allí se encuentra ubicado el establo real, que aloja a muchos de los caballos reales por los que Isabel II y su hija, la princesa Ana, siempre sintieron especial devoción.

Es en Sandringham House donde se suceden algunas de las particulares tradiciones navideñas de la familia real británica, como el tradicional partido de fútbol entre los príncipes Enrique y Guillermo y miembros del servicio, la tradicional misa anual el día 25 de diciembre en la iglesia de Santa María Magdalena (a la que suelen acudir todos los miembros activos de la familia real británica) o el lugar desde el que se transmite, en los 52 estados de la Commonwealth, el mensaje de Navidad que este año dará, por primera vez tras más de 70 años, un rey y no una reina.